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Golpe a la corrupción municipal

La policía cita como imputado al concejal de Urbanismo

Le ficharon para borrar la temida huella urbanística de los ex gilistas en Estepona (Málaga), pero los cambios han tardado más de lo esperado. Rafael Duarte, concejal de Urbanismo, presenció el lunes cómo la policía registraba su delegación palmo a palmo.

El edil, conocido por su trabajo al frente de la ingobernable delegación de Urbanismo de Marbella tras el caso Malaya, dijo estar tranquilo. Tras 15 horas de registro, en las que revisaron su despacho y el de sus tres coordinadores, entre otras dependencias municipales, Duarte se marchó a casa. Ayer, la policía le citó a declarar como imputado. Estaba previsto que su comparecencia comenzara a las 18.00 en la comisaría local. Acudió con abogado.

Todo el mundo se extrañó el martes, cuando arrancó la operación contra la corrupción en Estepona, de que el edil de Urbanismo no resultara salpicado, como suele ocurrir en estas investigaciones. Lo cierto es que Duarte es casi un recién llegado a la política de esta localidad.

Este abogado especializado en derecho administrativo y urbanismo, llegó al municipio tras las elecciones de 2007 de la mano del alcalde Antonio Barrientos, que en el mandato anterior había gobernado en colación con el Partido Estepona (PES, antiguo GIL) y le diera a la formación posgilista un papel en el urbanismo municipal. Muchos vieron en el fichaje de Duarte una operación de lavado de imagen por parte de Barrientos, supuestamente preocupado por los vicios que aquejaban al urbanismo esteponero..

En la lista

Para mejorar este punto flaco, el PSOE pidió a Duarte, ex vocal de Urbanismo con la comisión gestora de Marbella, que se presentara en su lista a la alcaldía. En su etapa en la gestora, el vocal se mostró inflexible con las construcciones irregulares y abrió numerosos expedientes. La idea era repetir la fórmula en Estepona, pero no salió tan bien, como se esperaba.

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Cada vez que el concejal hablaba de irregularidades urbanísticas, sanciones o expedientes, se llevaba alguna reprimenda de alcaldía. Hasta junio, en la ciudad había más de 1.500 expedientes urbanísticos pendientes de resolución, 300 tienen por diseminados. El problema era, según fuentes municipales, que las presiones del alcalde, que quitaba hierro al asunto, hacían que no avanzaran al ritmo que debieran por temor a asustar a los inversores. Con la dimisión de Barrientos, Duarte se perfila como hombre fuerte del PSOE en el municipio y aspirante a la Alcaldía, pero su futuro dependerá de si le salpica el penúltimo escándalo de corrupción en la Costa del Sol.

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