La hora de la ingenuidad
La repetición de modelos pasa por ser uno de los principales problemas estructurales de cierto cine español. Si una película tiene éxito, los productores buscan películas clónicas, aunque sin establecer un verdadero criterio artístico o profesional a su alrededor. Quizá por ello resulte tan esperanzadora una película como 3:19, original mezcla de comedia adolescente, drama existencial, romance juvenil y cine de animación. La desgracia es que la ópera prima de Dany Saadia, nacido en México, sólo tenga esa virtud inicial, y finalmente el trabajo resulte más marciano que insólito.
En una historia contada a empellones, sorprenden desde el inicio las interrupciones de la narración para ir introduciendo, más en perpendicular que en paralelo, el relato animado de un histórico matemático que poco parece tener que ver con la cuestión principal. De modo que más que ir aportando vías de escape o de producir tensión, lo que hace es parar el flujo natural. Asimismo, la mezcla de tonalidades nunca se produce en una misma secuencia, conformándose de este modo un pastiche en el que a una secuencia dramática (por ejemplo, la noticia de un cáncer) le sigue una tan risiblemente trivial en su concepción y desarrollo que acaba con las complicadas posibilidades del proyecto.
3:19
Dirección: Dany Saadia.
Intérpretes: Miguel Á. Silvestre, Félix Gómez, Bárbara Goenaga, Juan Díaz.
Género: comedia dramática. España, 2008.
Duración: 110 minutos.
A cada rato, 3:19 parece una película distinta, aunque lo peor es que ninguna de ellas resulta atractiva. Banal dentro de su pretendida trascendencia, la parafernalia estructural de 3:19 se muestra así como un auténtico pozo de ingenuidad.
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