Después de la catástrofe

Como bien saben los lectores de J. G. Ballard, lo relevante de las catástrofes no es tanto su poder para devastar el paisaje físico como su capacidad para transformar los paisajes interiores. En el fondo, el discurso del tsunami como catástrofe no es tanto la ola gigantesca que cae sobre las costas como su retroceso, capaz de convertir un entorno cotidiano en una suerte de suburbio desamparado del fondo marino: en suma, un limbo quizás más adecuado para el ensimismamiento que para la reconstrucción.

Sobre el paisaje reformulado por el tsunami que asoló las costas tailandesas en 2004, Wonderful town de Aditya Assarat propone una melancólica historia de amor, protagonizada por un arquitecto embarcado en el levantamiento de un complejo turístico y una silenciosa, esquiva y enigmática empleada de hotel. Hasta el momento, realizador de cortometrajes y codirector de un documental, Assarat aborda su primer largometraje de ficción con sorprendente control de la forma y capacidad de hechizo: el espectador tarda en darse cuenta de que en Wonderful town hay mucho más que buena caligrafía y que la historia propuesta por Assarat, recorrida por el fatalismo de un paisaje del que ha sido extirpada toda posibilidad de renacimiento, va a golpear fuerte, porque, probablemente, la catástrofe, como todas, vino para quedarse.

Táiler de Wonderful Town