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Reportaje:Un año de poder local

Entre la concordia de Zarautz y la bronca en Ondarroa

La situación en seis municipios sirve de radiografía de la gestión local

Este año de gestión municipal se ha vivido de manera muy diferente en Zarautz o en Eibar, donde casi todos los partidos gobiernan juntos, o en Labastida, donde EB mantiene su único alcalde en Euskadi con el apoyo sólo de tres de los nueve corporativos, que en Ondarroa, con una gestora dirigiendo el municipio bajo el acoso de los radicales simpatizantes de ANV.

- Zarautz: gobierno de todos. Es el único municipio significativo por su población donde todos los partidos con representación municipal participan en tareas de responsabilidad. Sólo el PP no ha accedido a desempeñar una concejalía, aunque sí colabora en la gestión al encargarse del comercio y la hostelería. El resto de partidos (EA, PNV, PSE y EB-Aralar) se reparten las áreas del consistorio. El gobierno de concentración fue planteado por el alcalde, Jon Urien, de EA, al inicio de su mandato con el argumento de la igualdad de representación: EA, PNV y PSE tienen cinco ediles, EB-Aralar, cuatro y el PP, dos.

El el único alcalde de EB en Labastida se ha topado con el rechazo del PNV
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- Eibar: pacto pese a la mayoría absoluta del PSE. Los socialistas gobiernan de nuevo con mayoría absoluta (11 ediles, frente a los cinco del PNV, dos de EB, otros dos de EA y uno del PP), pero el entonces alcalde, el socialista Iñaki Arriola, que acaba de dejar el puesto a su correligionario Miguel de los Toyos para pasar a regir el PSE guipuzcoano, quiso formar un gobierno lo más plural posible. El PSE firmó un pacto con EA y PNV (los tres partidos tienen concejalías e integran la Junta de Gobierno) y hay un acuerdo externo con el PP. Sólo EB-Aralar no tiene ningún pacto. La razón de la búsqueda de socios, situación atípica en un gobierno con mayoría absoluta, ha sido lograr el apoyo a los proyectos estratégicos de la mayoría de la corporación. "Si estás en la oposición se vota en contra o se abstiene, aunque en el fondo puedas estar de acuerdo", explica De los Toyos.

- Labastida: el único municipio de EB. Es el ejemplo contrario de lo que pasa en Zarautz y Eibar. Para EB, su primera y única alcaldía en Euskadi se ha convertido en una sucesión de problemas, debido al rechazo sistemático de los dos concejales del PNV. El alcalde, Higino Arina, salió elegido con los dos votos de su grupo, el de un independiente y los dos peneuvistas, que ya anunciaron que daban su respaldo por orden de su ejecutiva alavesa. El PP, que tiene cuatro corporativos, se quedó en la oposición. Desde entonces, la labor del alcalde, apoyado sólo por tres de los nueve ediles, ha suscitado el frontal rechazo de los dos representantes peneuvistas y se ha tenido que enfrentar al polémico proyecto de un campo de golf en terrenos protegidos, apoyado por peneuvistas y PP.

- La gestora de Ondarroa. Ondarroa es otro caso atípico en el lado negativo. Fue el mayor municipio (9.200 habitantes) que no se pudo constituir hace un año por la presión de la izquierda radical. Los concejales electos del PNV (9 sobre un total de 13) se negaron a recoger sus credenciales, pese a la orden de su partido, lo que ha terminado con un expediente de expulsión. Tuvo que formarse una gestora, pero los problemas han persistido y, tras los incidentes en el primer pleno, las sesiones plenarias se celebran ahora en Bilbao en la sede de la Diputación.

- Lizartza: el acoso a la alcaldesa del PP. En el único municipio gobernado por el PP en Guipúzcoa (sólo se presentaron los populares, ya que no concurrieron ni el PNV ni el PSE en un pueblo históricamente en manos de la izquierda abertzale). Que la alcaldesa, Regina Otalola, tenga que llegar al consistorio protegida por 20 ertzainas, escoltas y policías lo dice todo. Los plenos se celebran en el municipio a puerta cerrada y la alcaldesa ha dedicado gran parte de este año a cuestiones muy alejadas de lo municipal, como eliminar pintadas de ETA o anagramas a favor de los presos en los impresos municipales.

- Barakaldo: el gobierno en minoría del PSE. La cuarta localidad más poblada, tras las tres capitales, no ha logrado el consenso suficiente para un gobierno estable. Tras un fallido acuerdo con el PP, con el que ya tuvieron un pacto de gobierno en el anterior mandato, los socialistas están en minoría y han recurrido a EB para aprobar varios proyectos urbanísticos.

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