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La primera gran protesta por la crisis

El paro de los transportistas pierde fuelle

Los Mossos retiran la protección a los camioneros a partir de hoy porque la situación está "normalizada"

El paro de los transportistas empieza a perder fuelle. Después de que varias organizaciones del sector decidieran desconvocar las movilizaciones, las carreteras recuperaron ayer la normalidad. No hubo marchas lentas en el área de Barcelona, que sólo vivió las retenciones propias de una jornada laborable. Sólo en la N-II, en Girona, los transportistas circularon despacio y causaron colas de dos kilómetros.

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Una prueba de que la normalidad está en camino es que, a partir de hoy, los Mossos d'Esquadra dejarán de proteger convoyes. La policía ha escoltado desde el lunes más de 1.150 camiones, una medida que ha permitido distribuir con garantías alimentos, combustibles y otros productos básicos. Pero ya no es necesario seguir haciéndolo, indicó el secretario general de Interior, Joan Boada. A las cinco de la tarde de ayer estaban en la calle el 59% de los camiones que circulan en un día normal. Boada espera que alcance hoy el 80%. Para agilizar aún más la distribución y recuperar el tiempo perdido, Tráfico levantará las restricciones para que, este fin de semana, los convoyes puedan circular por las carreteras.

De las 61 gasolineras que hay en Barcelona, ayer, sólo a cuatro les faltaba combustible y otras nueve estaban cerradas. Más lentamente fue recobrando el pulso el mercado mayorista de alimentos tras varios días cercado por los piquetes. Sólo por la mañana algunos transportistas volvieron a hacer guardia ante las puertas de Mercabarna, pero los mossos trazaron un corredor protegido por el que los camiones podían cargar y descargar. En algún sector, la actividad superó el 50% de la de un día normal, y a diferencia de otros días, durante la madrugada del jueves llegó carne y pescado. El matadero sacrificó 18 terneras y 610 corderos, pero a las siete de la mañana ya no quedaba nada. La despensa de carne en la central de abastos de Barcelona sigue vacía. "No es un gran problema porque Barcelona está llena de mataderos que pueden servir carne" dijo Lluís Baró, de 56 años, del sector mientras compraba en el área comercial de Les Glòries.

Las reservas de pescado tampoco van más holgadas y están al 10% de su capacidad. Si en una jornada normal descargan 65 grandes camiones, ayer sólo lo hicieron 65 furgonetas. Un avión trajo marisco desde Bélgica. Las pescaderías de los mercados pudieron servir género, aunque no en el volumen de un jueves normal. "Cada día tenemos más mercancía porque en Mercabarna entra género", dijo Rosa, una vendedora de La Boqueria que lamentó que los clientes son reacios a comprar al dudar de la calidad del producto. La pescadería del área comercial de La Illa abrió por primera vez esta semana.

Más animado estuvo el mercado de frutas y hortalizas, aunque sólo había el 20% de la oferta habitual y la mitad de compradores. Eduard Vilà, mayorista de Gavà, se lamentaba de que apenas llegaba verdura. Y menos a los supermercados. "Estamos a cero, nadie se atreve a venir, y menos los que llegan de Andalucía o Alicante", dijo mientras señalaba su género: "Sólo hay melocotones, albaricoques y pepinillos".

Ahora que los paros han terminado, la agrupación de productores de fruta dulce Catalonia Qualitat cifró en 800.000 euros las pérdidas diarias. Y hay quien apunta problemas. Antonio Domínguez, de 48 años, de un restaurante de La Boqueria, únicamente no ha podido servir lubinas. Y avisa de que el problema llegará cuando el paro acabe, porque todo el mundo ha tirado de sus reservas.

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