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Primer juicio en Guantánamo

Los terroristas del 11-S rechazan el tribunal militar de Guantánamo

El cerebro del atentado pide la pena capital para convertirse en "mártir"

Yolanda Monge

"Sí, esto es lo que yo deseo, ser un mártir para siempre. Y lo conseguiré, por la gracia de Dios, por medio de ustedes". Con esta escalofriante declaración, Jalid Sheij Mohamed, considerado como el cerebro de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, abrió ayer en una dependencia de la base naval de Guantánamo el juicio contra él y cuatro de sus colaboradores en aquellos sangrientos atentados. El detenido restó legitimidad al tribunal militar, al calificar el sistema como "inquisición". Desde su captura en Pakistán en 2003, ésta es la primera vez que se ha visto a Mohamed en público.

No fue el único en reclamar el martirologio. "Es mi deseo ponerme en vuestras manos", dijo Ramzi Binalshibh, otro de los acusados. Ambos rechazaron la asistencia de los abogados nombrados por el Ejército norteamericano para esta causa, la primera que se ve en Guantánamo y la más resonante manifestación del discutido sistema de justicia puesto en marcha por Estados Unidos para este asunto. "Me representaré a mí mismo", dijo Mohamed. "No puedo aceptar ningún otro abogado gobernado por la ley que no sea el señor de la ley".

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El caso contra los conspiradores del 11-S expondrá las pruebas que los militares tienen contra los cinco acusados, pero también sacará a la luz pública la legitimidad de tales confesiones y las propias comisiones militares, con abogados cuestionando un día sí y otro también el uso de las técnicas coercitivas utilizadas en los interrogatorios y los daños físicos y psicológicos que han sufrido los presos. Tampoco faltará la pregunta para la que nunca hay respuesta: ¿cuáles son exactamente las reglas que rigen el sistema instaurado en Guantánamo? El hecho de que a estos hombres se les vaya a juzgar fuera de los tribunales civiles ha supuesto un reto para el sistema judicial de EE UU.

Ataviado con túnica y gorro blanco, gafas de gruesos cristales, luciendo una canosa barba en contrate con el negro bigote que tenía cuando fue detenido y entonando salmos del Corán, Mohamed se enfrentó ayer a la primera vista oral de cara al juicio propiamente dicho, que deberá comenzar el 15 de septiembre. Aún así, todo el proceso enfrenta un incierto futuro. El Tribunal Supremo debe dictaminar esta semana sobre los derechos de los prisioneros de Guantánamo -cerca de 300-, lo que previsiblemente retrasará o paralizará el proceso.

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Ante la posibilidad de que los acusados utilicen sus comparecencias para hacer apología del terrorismo o ensalzar a Al Qaeda, el juez anunció que el sonido que se ofrece a la prensa por circuito cerrado tendrá 20 segundos de retraso. De esta manera, también se evitará que información clasificada salga de la sala, un auténtico búnker cerrado al público. El tribunal, levantado en una antigua pista de aterrizaje de la base naval, está dotado de un sistema que permite al toque de un botón suprimir el audio en el área donde se encuentra la prensa.

Ninguno de los comparecientes llevaba ayer esposas, pero sus sillas estaban dotadas de cadenas con las que atarlos ante la eventualidad de que tuvieran un comportamiento violento. Mohamed jugaba con su barba y se ajustaba el turbante, según recogían los dibujantes presentes en la sala, ya que estaban totalmente prohibidas las cámaras de fotos

"Soy responsable de la operación del 11-S de la A a la Z", reconoció Mohamed. El hombre que ahora pide para sí la pena de muerte fue interrogado por la CIA en cárceles secretas tras su detención en 2003 y antes de ser transferido en 2006 a la base naval que EE UU posee en Cuba. De acuerdo con la versión de sus abogados, Mohamed sufre cierto retraso cognitivo debido a los interrogatorios a los que fue sometido, que según la Administración de George W. Bush incluyeron simulacros de ahogamiento por agua.

Otro de los acusados, Ramzi Binalshibh, el preso 10.013, de origen yemení, acusado de coordinar la logística de los atentados, era la persona destinada a pilotar uno de los cuatro aviones que se estrellarían en diferentes puntos de la costa este de EE UU. Pero en el último momento el Departamento de Estado le denegó un visado y no pudo entrar en territorio norteamericano.

Las comisiones militares han sido utilizadas varias veces en el país desde los tiempos de George Washington, después de la Guerra de Independencia, pero ésta es la primera vez que se usa durante un conflicto aún en activo.

Miembros del equipo de abogados defensores caminan por el terreno asignado para el tribunal en la base de Guantánamo.
Miembros del equipo de abogados defensores caminan por el terreno asignado para el tribunal en la base de Guantánamo.AFP
Jalid Sheik Mohamed será juzgado en la base estadounidense de la bahía de Guantánamo, en Cuba.Vídeo: VNEWS

LOS CINCO ACUSADOS POR EL 11-S, EN EL BANQUILLO

JALID S. MOHAMED: El 'cerebro' de los atentados

Jalid Sheij Mohamed, nacido en Pakistán y criado en Kuwait, ha reconocido su implicación en 31 atentados terroristas, incluido el 11-S y el secuestro y asesinato del periodista del Wall Street Journal David Pearl.

ALÍ ABDUL AZIZ: El encargado de la logística

Alí Abdul Aziz, sobrino de Khalid Sheikh Mohammed, está acusado de hacer llegar el dinero a los terroristas que secuestrarían los aviones el 11-S y ayudar a nueve de ellos a llegar a Estados Unidos desde Pakistán.

RAMZI BINALSHIBH: El enlace con la cúpula de Al Qaeda

Ramzi Binalshibh está acusado de servir de enlace entre los dirigentes de Al Qaeda y los secuestradores de los aviones del 11-S. El Pentágono asegura que ayudó a buscar escuelas de vuelo para los terroristas.

MUSTAFÁ A. HAWSAWI: El responsable del dinero

El saudí Mustafá Ahmed al Hawsawi está acusado de ser el responsable financiero de los atentados del 11-S. El Pentágono asegura que proporcionó dinero, ropa occidental y cheques de viaje a los terroristas.

WALID BIN ATTASH: El entrenador de terroristas

Walid Bin Attash está acusado de haber tenido un campo de entrenamiento en Afganistán, en el que entrenó a los de los terroristas del 11-S, y de investigar los sistemas de seguridad de las aerolíneas para secuestrar los aviones.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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