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Guipúzcoa aboga por proteger más la cueva de Praileaitz

Los estudios descubren "líneas de rotura" y un problema de corrosión

Los estudios encargados por la Diputación de Guipúzcoa han descubierto en la cueva prehistórica de Praileaitz "líneas de rotura" que atraviesan la cavidad, además de "un grave problema de corrosión" en algunas estalactitas que podría afectar a las pinturas rupestres que alberga. Aunque "en este momento" no existen datos que vinculen estos daños con la actividad de la cantera abierta en las proximidades de la gruta, la institución foral aboga por ampliar el grado de protección determinado por el Gobierno vasco, competente en esta materia.

Las prospecciones arqueológicas han dejado a la luz siete nuevas cavidades, si bien las catas efectuadas hasta ahora no han hallado restos arqueológicos, según informó ayer en las Juntas Generales la diputada de Cultura, María Jesús Aranburu. La Diputación ha concluído que "parece que todas forman parte del mismo sistema cárstico", el de Praileaitz, y que, por tanto, pueden existir comunicaciones entre ellas.

Por ello, considera recomendable ampliar el grado de máxima protección de la denominada zona 2, que abarca un área de 50 metros a la redonda en torno a la cueva y en la que está prohibida toda actividad, a la zona 4, que supone cien metros. En esta última zona, y con el actual decreto, está prohibido sacar piedra mediante explosiones. De hecho, no se produce extracción alguna "por voluntad" de la empresa que explota la cantera.

Los análisis geológicos han descubierto "líneas de rotura" que atraviesan la cueva. Esas discontinuidades, si bien reducen el impacto de las vibraciones generadas por las voladuras, "hacen que la cavidad pueda ser vulnerable". Y es que cualquier ampliación de las mismas "puede influir en el aporte de agua y, por tanto, en la preservación de la gruta". Así que la Diputación va a encargar un estudio hidrogeológico que determine cómo se filtra el agua a través de esas líneas de rotura y cómo influye en la cueva. Elaborar este informe llevará tres o cuatro meses y, en función de su resultado, la institución foral propondrá al Gobierno la modificación del actual decreto de protección.

Los estudios geológicos han desvelado también un problema de corrosión en algunas estalactitas que, de continuar, podría hacer desaparecer algunas pinturas "en un periodo relativamente corto de tiempo", apuntó Aranburu, quien aclaró que en términos geológicos cien años puede ser un periodo muy corto. La diputada indicó que aún no se conoce el origen de este problema, ya que las mediciones realizadas hasta ahora han abarcado poco tiempo.

"No puede determinarse si dicha corrosión es un fenómeno natural o si la evolución de la cantera ha tenido algo que ver", subrayó, al tiempo que anunció que continuarán con las mediciones durante un año. De momento se maneja como hipótesis que la corrosión se deba a la condensación, aunque también se analizará un posible origen bacteriano.

Las restricciones

- La cueva de Praileaitz fue descubierta en Deba en 1983. Las pinturas, de entre 15.000 y 18.000 años de antigüedad, fueron halladas en 2006. La cantera se abrió hace 33 años.

- El Gobierno declaró la cueva Monumento con la categoría de Bien Cultural Calificado en julio pasado. Fijó cinco áreas de protección:

- 1: Interior de la cueva. Sólo admite actividad científica.

- 2: A 50 metros de la cavidad. Está prohibida la extracción de piedra.

- 3: No se permite la extracción de piedra.

- 4: A 100 metros. Extracción sin explosivos.

- 5: Voladuras controladas.

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