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Los frutos de la crispación

Julián Santamaría afirma que la estrategia del PP ha reavivado el nacionalismo español

Enric Company

El nacionalismo español, uno de los grandes ausentes habituales en los análisis políticos fechados en Madrid, hizo presencia ayer en Barcelona, en la presentación del segundo informe anual de la Fundación Alternativas sobre la democracia en España.

Lo hizo en boca de Julián Santamaría, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Cumplutense de Madrid y ex director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), una de las voces más respetadas por los dirigentes socialistas en materia de sociología electoral.

Portabella anuncia que la Fundación Alternativas no se unirá a las del PSOE

El PP "recurrió al nacionalismo español como instrumento de combate contra los nacionalismos moderados", afirmó Santamaría, y "eso fue lo que hizo que se llevara el doble que el PSOE en el cruce de votos entre ambos partidos en las franjas de electores moderados". Eso fue posible porque la estrategia de la tensión aplicada por el PP durante toda la legislatura incluía, dijo, "una intensísima activación del conflicto territorial".

Santamaría participó en la presentación en Barcelona del citado informe, del que es director el periodista Joaquin Estefanía. Allí hizo esta afirmación, que no figura como tal en el informe, que sí otorga mucha relevancia a la incidencia electoral de los debates sobre los estatutos durante la pasada legislatura.

Este segundo informe anual está dedicado a formular un balance sobre la estrategia de la crispación. Su título, Derrota pero no fracaso, es una síntesis perfecta de este balance, como señaló uno de los participantes en el acto, el también periodista Antonio Franco.

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El informe sostiene que la estrategia de la crispación ha dado rendimientos al PP y sigue surtiendo efectos, aunque no pudo impedir su derrota electoral. Otro de los asistentes, Josep Ramoneda, director del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde se celebraba el acto, señaló que en el fondo del actual debate del PP late la pugna sobre si persistir con esta estrategia o sustituirla por otra. Y llamó la atención sobre el hecho de que incluso en esta pugna interna del PP ha hecho acto de presencia "la dinámica centro-periferia".

La gran novedad del informe de este año es que introduce por vez primera en España un sistema de valoración cuantificada sobre la calidad de la democracia en España. Se trata, como explicó Juan Manuel Eguiagaray, director del Laboratorio de Ideas de la fundación, de la adaptación de un modelo creado por la universidad de Essex, en el Reino Unido. Esta primera valoración abre una serie que se quiere anual y ha sido de 6,2 puntos (véase EL PAÍS del 22 de mayo).

En la presentación, Pere Portabella, presidente de la fundación, explicó que ésta queda al margen del proyecto del PSOE de dar mayor relevancia a sus fundaciones bajo la batuta del ex ministro Jesús Caldera. Aseguró que la Fundación Alternativas seguirá siendo una espacio de concurrencia entre sensibilidades distintas, mantendrá su independencia económica y "no se integrará en la fundación que cree el PSOE".

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