Marbella pierde el cementerio por una deuda con la Liga de Fútbol

Ni el cementerio de Marbella escapa de los desmanes de los gobiernos del Grupo Independiente Liberal (GIL). Casi una década después de que el nombre de la ciudad saltara a los televisores de todos los aficionados al fútbol gracias a un millonario contrato de publicidad con el Atlético de Madrid, su Ayuntamiento, al que le salen acreedores por todas partes, se ve obligada a ceder el camposanto para afrontar un impago de 550.000 euros por la costosa promoción.

El juzgado de Primera Instancia número 8 de Madrid decidió el 22 de mayo que ya era hora de que la Sociedad Española de Fútbol Profesional, encargada de la gestión de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), cobrara una deuda que venía reclamando desde 2000. En un auto, firmado por el magistrado José Aurelio Navarro, le adjudica como pago la finca registral número 9.121, donde según un certificado del vicesecretario municipal se encuentra el cementerio municipal Virgen del Carmen.

El terreno es el único bien que tenía asignado la sociedad municipal Eventos 2000 SL, que fue la encargada de firmar el contrato en tiempos del fallecido alcalde Jesús Gil y a la que reclaman el dinero por incumplimiento de contrato.

El actual equipo de gobierno marbellí, del PP, calificó ayer la decisión de "barbaridad jurídica". "Hemos presentado un recurso, ya que la propiedad no es embargable, no puede ser alienada, ni vendida porque es un servicio que da un uso público como es el mortuorio", dijo el portavoz municipal Félix Romero. La Liga de Fútbol Profesional rehusó hablar del asunto. El procedimiento entronca con el caso Camisetas, un procedimiento que acabó con la inhabilitación como alcalde de Jesús Gil, también presidente del Atlético de Madrid.

El cementerio municipal de Marbella, abierto a principios de los 90, llevaba embargado más de un año, aunque permanece en uso. Según su ficha del registro municipal, la Sociedad Española de Fútbol Profesional, encargada de explotar la Liga de Fútbol Profesional (LFP), solicitó el bloqueo el 16 de mayo de 2007 para poder cobrar los 553.000 euros que le debía el Ayuntamiento por la publicidad que el Atlético de Madrid hizo a la ciudad en 1998.

La LFP llevaba pleiteando más de ocho años para cobrar la suma. Recurrieron a un arbitraje, pero el Consistorio marbellí no se avenía a razones. Como el cobro estaba relacionado con el caso camisetas, en el que se investigaba el desvío de dinero del Ayuntamiento marbellí al Atlético de Madrid, la sociedad municipal Eventos 2000 S.L. se negaba a hacer ningún pago. Alegaban que el juez del caso les había ordenado que no hicieran más pagos al club colchonero.

El convenio incumplido, firmado el 15 de julio de 1998, obligaba a los jugadores y al cuerpo técnico de la primera plantilla del Atlético a llevar el nombre de Marbella en las camisetas durante la temporada 1998 y 1999. A cambio, Eventos 2000 tendría que pagar 1,8 millones de euros más impuestos en cuatro plazos.

El 25 de julio de 2000, un laudo dio la razón a la LFP y condenó a la sociedad municipal a pagar los más de 553.000 euros de deuda. Como Eventos 2000 no realizó el pago, el cementerio quedó embargado. Finalmente el juzgado de Primera Instancia ha forzado la ejecución del laudo.

Subasta desierta

Según el auto judicial, la parcela salió a subasta el 1 de octubre de 2007 pero al acto de puja sólo compareció la LFP como parte interesada en cobrar la deuda. Pasados 20 días el juez adjudicó el terreno embargado a la Sociedad Española de Fútbol Profesional en compensación por los 553.000 euros que le adeudaba el Ayuntamiento.

El Consistorio marbellí, que ya da por perdida la parecela, está dispuesto a estudiar "todas las vías" para arreglar el desaguisado y hace que el cementerio vuelva a su situación previa. "El proceso judicial que se abre es complejo en cuanto a la deuda y los contratos, pero no lo es por la titularidad de un bien público", dijo el portavoz munipal Félix Romero. "Confío en que la ley nos permita recuperarlo". Mientras tanto, el camposanto municipal marbellí sigue con su actividad habitual.