CENA CON... JOSÉ SALGAR
"El secreto de mi vejez fue casarme con mi experta en gastronomía"
Sabía lo que quería. Pero el viejo maestro se dejó intimidar por la envergadura del cochinillo confitado y optó por un potaje "anfibio": sepia con albóndigas. La mezcla de mar y montaña acabó por seducirlo. Y mientras pedía un buen vaso de vino blanco, recordó a aquel "joven flaco y paliducho que vino en 1953 desde la provincia a ponerle la magia del Caribe al periodismo que se estaba haciendo en la fría capital".