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Barbate planta cara a la crisis con su primer polígono industrial

En plenas movilizaciones del sector pesquero, Barbate (Cádiz, 22.582 habitantes), un municipio eminentemente marinero, trata de plantar cara a la crisis con optimismo. Tras el éxito de su primera feria gastronómica dedicada al atún, finalizada este fin de semana con más de 30.000 visitantes, la localidad aspira a concluir este mes los trámites para poner definitivamente en funcionamiento su primer polígono industrial, un espacio anunciado hace ocho años para conseguir diversificar la economía local. Su puesta en marcha generará en principio medio millar de empleos en un pueblo con algo más de 3.000 parados.

El polígono industrial El Olivar, a la entrada del pueblo, fue anunciado en el año 2000 por el entonces ministro de Pesca, Miguel Arias Cañete, del PP, para acabar con la total dependencia económica de Barbate a la pesca, un sector que entonces igual que hoy estaba sumido en una crisis. La Zona Franca de Cádiz se convirtió en promotora de los 260.000 metros cuadrados del recinto. En junio se debe completar el complejo proceso que se ha necesitado para hacerlo realidad. Un retraso agravado en los últimos meses por fallos en el suministro eléctrico o desperfectos en los viales, que todavía no se han solventado del todo. Tras cerrarse el plazo de exposición pública para las bases que regirán la comunidad de propietarios que coordinará el polígono, el Ayuntamiento aguarda poder recibir las obras antes de que concluya el mes.

El funcionamiento del polígono cambiará Barbate. Modificará las vidas de sus trabajadores y sus empresarios, que dispondrá de mayores y mejores instalaciones. La conservera El Rey de Oros aspira a casi cuadruplicar su producción. La carpintería Manuel Ramos pasará de un local de 80 metros cuadrados a una nave de 700. La sede de la manipuladora de pescado Salpesca será el doble que la actual. El recinto industrial también dará una nueva fisonomía al pueblo porque muchas de las empresas que allí se están instalando dejarán solares vacíos, a los que el Ayuntamiento espera dar otros usos que otorguen suculentas plusvalías.

De momento, el nacimiento del polígono no trae ningún pan bajo el brazo. Los pagos de las licencias de obras fueron ya invertidas por el anterior alcalde del PP, según los actuales responsables del equipo de gobierno del PSOE. El Ayuntamiento acumula una deuda de 60 millones de euros.

Ante de concluir este primer polígono, el consistorio barbateño trabaja ya en el proyecto de un segundo recinto industrial junto al puerto, aunque con un carácter más comercial.

El municipio aspira a encontrar nuevos recursos económicos. Una de las más claras apuestas es el turismo gastronómico, que ha salido reforzado tras el éxito de convocatoria de la primera feria del atún organizada en la ciudad. "Hemos descubierto un diamante en bruto", mantuvo el actual regidor, Rafael Quirós.

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