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El futuro del socialismo valenciano

Ferraz guarda silencio

La dirección del PSOE, persuadida de que habrá más candidatos a liderar el PSPV

Se reviste de exquisita neutralidad pero, en el fondo, subyace una profunda duda respecto a si los candidatos que han surgido son adecuados. Esta es la actitud que ha tomado la dirección del PSOE ante los candidatos que van surgiendo en el Partido Socialista del País Valenciano (PSPV) y que aspiran a liderar una de las federaciones más importantes del PSOE.

El PSPV-PSOE celebrará su congreso del 26 al 28 de septiembre en Valencia once meses después de la dimisión de su último secretario general, Joan Ignasi Pla y de que una comisión gestora presidida por el ex presidente de la Generalitat y senador Joan Lerma tomara las riendas.

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Desde que Lerma y su partido perdieran las elecciones en el lejano 1995 los socialistas valencianos no han encontrado el norte que les conduzca de nuevo a la victoria. Les sostiene ese colchón de votos de entre el 35% y el 40% de los votos -dependiendo de la convocatoria- , pero la falta de un liderazgo claro, ha conducido de nuevo esta formación a la división del partido en familias.

En la otra cara de la moneda aparece el PP con mayorías absolutas cada vez más abultadas y ni el esfuerzo de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, cabeza de lista por Valencia, ni el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero, a las candidaturas socialistas ha servido para alterar la fortaleza del PP. "Tenemos un problema en Valencia y Madrid", repiten en la dirección del PSOE casi a modo de mantra, pero la solución no es fácil.

La dimisión de Joan Ignasi Pla, por un presunto trato de favor en la reforma de su vivienda, precipitó la crisis pero no la provocó, ya que la derrota autonómica lo había amortizado.

Desde Madrid se miró con avidez a los valencianos con cargos relevantes. Todos parecen descartados, por voluntad propia. Desde luego, la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, o la responsable federal de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, ambas miembros de la gestora. El ex ministro Jordi Sevilla hace tiempo que decidió no dar esa batalla, después de que el 80% del PSPV rechazase convocar un congreso extraordinario.

No darán el paso y, por tanto, no tendrán que afrontar el examen de un partido fraccionado en familias y desconectado de la sociedad civil. Los tres aspirantes que sí han dado el paso se presentan con discursos de renovación y cambio.

Para presentarse cada uno necesitará el 25% de los avales de los 550 delegados al congreso de septiembre. Joaquim Puig, alcalde de Morella, antiguo jefe de gabinete de Joan Lerma en la presidencia de la Generalitat, acaba de empezar una campaña que imita la realizada por Zapatero hace ocho años.

Jorge Alarte, alcalde de Alaquàs, fue el primero en hacer público su deseo de liderar el socialismo valenciano. Lo hizo en junio de 2007. "Si Alarte no se echa entonces a la arena, Sevilla sería ahora el nuevo secretario general del PSPV", opinan en su entorno. Francesc Romeu, director de la Fundación Jaime Vera del PSOE, ha empezado con una ronda de contactos con organizaciones ciudadanas y sociales.

Ante los tres, la Ejecutiva federal calla, por el temor de equivocarse en la elección ante los socialistas valencianos que, aunque no ganan, aportan muchos votos y diputados al cómputo general. Algunas voces, sin embargo, consideran que Madrid está persuadida de que todavía no han aflorado todos los candidatos, ni siquiera, el que puede tener más posibilidades. Una muestra más de que ninguno de los conocidos genera un gran entusiasmo en la dirección federal.

En Blanquerías, sede del PSPV, apenas disimulan sus recelos. "Después [del congreso del PSOE] veremos qué pasa", especula un dirigente valenciano.

Mientras tanto, los tres precandidatos se esfuerzan por que sus respectivas campañas transcurran sin excesivas estridencias ni descalificaciones personales para no dar pie a injerencias desde Madrid. Pero sus aparatos trabajan sin descanso para conseguir los 140 avales necesarios para formalizar su candidatura. De momento, han conseguido que el ruido interno no se desboque -con la excepción de algunos episodios esporádicos-.

En este escenario, la elección del centenar de delegados que llevará el PSPV-PSOE al congreso federal será la prueba de fuego. La mayoría de sectores o familias prefieren no medirse en esta ocasión y, a ser posible, pactar una representación plural. La primera quincena de junio, periodo en el que se elegirán estos delegados, se verá si es posible.

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