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Los demonios de Alemania

El escándalo de Deutsche Telekom reabre la polémica sobre la corrupción

No será demasiado original definir lo que ocurre en las grandes corporaciones germanas parafraseando a Hamlet con un "algo huele a podrido en Alemania". Pero se ajusta como anillo al dedo para resumir la percepción en este país sobre su clase empresarial tras sucesivos escándalos: a los sobornos de Siemens y Volkswagen, y la evasión masiva de impuestos a Liechtenstein, se une ahora el caso del espionaje en Deutsche Telekom.

No será demasiado original definir lo que ocurre en las grandes corporaciones germanas parafraseando a Hamlet con un "algo huele a podrido en Alemania". Pero se ajusta como anillo al dedo para resumir la percepción en este país sobre su clase empresarial tras sucesivos escándalos: a los sobornos de Siemens y Volkswagen, y la evasión masiva de impuestos a Liechtenstein, se une ahora el caso del espionaje en Deutsche Telekom.

Los ministerios de Interior y de Justicia reunirán mañana a las principales empresas de telefonía, entre ellas Telefónica, que opera en Alemania a través de su filial O2, para buscar compromisos que eviten un escándalo como el Deutsche Telekom. Las autoridades quieren evitar así que se extienda la imagen de que hacer negocios con empresas germanas es un asunto sucio.

El caso de la operadora alemana es paradigmático. Su primer accionista es el Estado, pero eso no evitó que se desarrollara un entramado de espionaje montado por altos ejecutivos de la empresa para vigilar las conversaciones telefónicas entre varios periodistas y ejecutivos del consorcio. Pinchazos, agencias de detectives y posible información privilegiada se mezclan en este nuevo escándalo que ahora la justicia trata de esclarecer.

Después de que la pasada semana la policía llevara a cabo un registro en varias oficinas de la sede del grupo en Bonn, la fiscalía comunicó que había abierto una investigación oficial contra varios ex ejecutivos, como el ex presidente de Telekom, Kai-Uwe Ricke y el ex jefe del Consejo de Vigilancia, Klaus Zumwinkel.

Como ocurriera en los anteriores escándalos, las autoridades solo han actuado cuando la prensa ha destapado el escándalo. Primero, Der Spiegel reveló que la operadora había controlado clandestinamente, entre los años 2005 y 2006, cientos de miles de llamadas telefónicas de sus directivos y de miembros del consejo de vigilancia con periodistas para detectar posibles filtraciones.

Luego, el diario Financial Times Deutschland reveló que la operadora contrató en 2000 a la agencia de detectives DESA, integrada por ex miembros del servicio secreto, para vigilar a los periodistas. Otras empresas de asesoría se encargaban de estudiar las llamadas. El cambio en la cúpula directiva a finales de 2006 acabó con las escuchas. Todo hubiese quedado ahí, de no ser porque una de las compañías implicadas en la trama reclamó el pago de sus honorarios y, al parecer, filtró a la prensa el caso.

El caso de Deutsche Telekom se une al escándalo de evasión fiscal masiva a Liechtenstein, en el que están implicadas al menos mil grandes fortunas del país. La primera víctima del caso fue Klaus Zumwinkel, que tuvo que dejar la presidencia de Deutsche Post, tras ser acusado de evadir al menos un millón de euros.

Aunque a todos ellos les lleva delantera Siemens. La mayor empresa alemana trata de desenredar una madeja de sobornos para conseguir contratos que hasta el momento le han costado 1.500 millones en abogados, indemnizaciones y multas. La compañía ha tomado medidas disciplinarias contra 500 ejecutivos.

Tampoco se libra Volkswagen, la firma automovilística. Tres procesos por el escándalo de corrupción, que incluía el pago de sobornos, viajes de placer y servicios sexuales, han llevado a la cárcel al ex presidente del comité de empresa Kalus Volkert. También fueron condenados el antiguo director de personal, Klaus-Joachim Gebauer, y el director de empleo, Peter Harz.

Kai-Uwe Ricke y Klaus Zumwinkel, ex ejecutivos de Deutsche Telekom investigados por la fiscalía.
Kai-Uwe Ricke y Klaus Zumwinkel, ex ejecutivos de Deutsche Telekom investigados por la fiscalía.REUTERS

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