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El campo argentino reabre el conflicto contra el Gobierno

Los peronistas acusan de golpismo a los huelguistas

Jorge Marirrodriga

Lo que comenzó siendo un conflicto con el sector agropecuario por la enésima subida de impuestos, se ha convertido, 80 días después, en la mayor crisis política a la que se enfrenta un Gobierno argentino desde la de 2002. Con todos los cauces de diálogo cortados, el campo argentino se ha puesto de nuevo en pie de guerra contra el Gobierno de Cristina Fernández mientras que su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, ha impulsado una resolución del oficialista Partido Justicialista en la que se acusa de golpismo a los huelguistas.

Los agricultores bloquean carreteras e impiden el paso de alimentos

Esta vez el campo le ha dado a los Kirchner donde más les duele: en su estrategia de imagen, en los símbolos y las grandes multitudes. Argentina celebró el domingo una de sus fiestas más importantes, el aniversario de la Revolución de Mayo que dio paso a la independencia argentina de la Corona española. Las organizaciones agrarias congregaron a 300.000 personas al pie del Monumento a la Bandera de la ciudad de Rosario, el monumento patrio más emblemático de Argentina. Allí, entonando el himno nacional y con la presencia de algunos líderes de la oposición, los representantes de las entidades convocantes de la huelga exigieron la anulación de la polémica subida de impuestos.

Por el contrario, la maquinaria peronista apenas logró movilizar el mismo día (mediante el pago de transporte y alimentación) a 100.000 personas que se dieron cita en la localidad de Salta para respaldar un discurso de Fernández en el que no hubo referencias explícitas al conflicto del que habla todo el país.

El silencio de la presidenta, cuya popularidad desciende vertiginosamente en las encuestas, fue suplido por su marido y la dirección del peronismo. Kirchner es ahora presidente del PJ y el más firme partidario de adoptar una línea dura contra los huelguistas, al interpretar que el conflicto del campo es en realidad un desafío político que pretende obligar al Gobierno de su esposa a variar la política económica que él marcó durante su mandato (2003-2007) y que Fernández ha seguido al dedillo.

La postura oficialista es que Argentina vive un proceso de redistribución de riqueza con algunas de las mejores cifras económicas de toda su historia, y bautiza a los huelguistas como Partido Agrario de Oposición.

El campo vuelve a contar con el apoyo de las clases urbanas agobiadas por la inflación y que ya no creen en el discurso triunfalista de Fernández. Desde la medianoche de ayer, hora local, los huelguistas comenzaron a bloquear carreteras para impedir el paso de camiones cargados con grano. Y desde anoche con carne. Como medida para no perder el apoyo de las ciudades en una lucha que se prevé dura, los huelguistas anunciaron que la leche llegará sin problemas a los supermercados.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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