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Los vecinos sufren el ruido y el flujo constante de camiones

La otra cara del retraso la sufren los vecinos de Ferrol Vello -a pocos metros del puerto interior- y de las parroquias de A Cabana, Valón, Mandía, Doniños, Covas y Marmacón, que atraviesa el vial. Las molestias por el tráfico de camiones de obra y carga "son innumerables" según José Polo, presidente de la asociación vecinal de la zona rural. Además del ruido, el tráfico pesado y las incomodidades de tres años de obras, el flujo "constante" de camiones cargados de clínker los ha puesto en pie de guerra. Hace unas semanas, cortaron el tráfico en la carretera de Valón. "Los camiones exceden la velocidad y el peso permitido", se queja Polo. El colectivo que representa reclama a la Autoridad Portuaria de Ferrol que extreme las medidas de control en la descarga y el transporte, y amenazan con movilizarse de nuevo si el problema persiste.

Los vecinos del centro de la ciudad tampoco se libran. El retraso del vial a Caneliñas multiplica las descargas de granel sólido en los muelles interiores. Alberto Saavedra, presidente de los vecinos de Ferrol Vello advierte que el clínker "es un material tóxico y perjudicial". "Estamos rabiosos por molestar a la población", aseguran desde COP Galicia, "pero no podemos hacer otra cosa, no hay otro camino".

El retraso también preocupa a la clase política. Tanto el PP como el BNG anunciaron esta semana sendas iniciativas parlamentarias que trasladarán a la Cámara autonómica, al Congreso y al Senado para inquirir al Gobierno central por la conclusión del vial. El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, criticó en Ferrol los retrasos para conectar un puerto "baldío y mutilado sin una carretera que lo inaugure", mientras que el diputado nacionalista Francisco Jorquera exigió a Fomento por escrito una "fecha concreta" para la conclusión de una "infraestructura fundamental". Mientras, sindicatos, empresarios y partidos políticos de la comarca se han aliado para reclamar la llegada del ferrocarril a Caneliñas mientras el Gobierno central guarda silencio.

La obra civil de la primera fase de la rada ferrolana (183 millones de euros) se inició en septiembre del 2001 y finalizó en mayo del 2005 mientras populares y socialistas cruzaban acusaciones sobre la responsabilidad de un puerto que se planificó sin accesos terrestres ni ferroviarios. Casi siete años y tres legislaturas después de la colocación de la primera piedra, con las obras de ampliación de la segunda fase ya en marcha -se adjudicaron en abril por 25 millones-, Fomento aún no ha puesto fecha oficial para la conclusión de una carretera de 15 kilómetros y 55 millones de euros que debía concluirse en 2007.

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