La escuela de Enron resucita
Lagunas legales en EE UU dejan a los bancos recurrir a tretas contables
En agosto de 2007, en pleno colapso de los mercados, Citigroup creó Bonifacius, un instrumento respaldado con hipotecas por un valor de 2.500 millones de dólares (1.859 millones de euros, al cambio de entonces). Los bonos se crearon a partir de hipotecas subprime. A los seis meses, Bonifacius colapsó.
Citigroup, Merrill Lynch, UBS y otros bancos crearon obligaciones con garantía de un fondo de deuda como Bonifacius, manteniendo una cantidad sin revelar en fondos no incluidos en los balances, las entidades de interés variable. Bonifacius y 190.000 millones de dólares (120.481 millones de euros) en valores similares han quebrado desde octubre, lo que ha revelado las lagunas en la contabilidad que el organismo contable estadounidense no cerró cuando Enron quebró en 2001 tras revelar inversiones que no estaban en sus libros. "Nunca resolvieron el problema real después de Enron", afirma Lynn Turner, contable jefe de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos cuando el escándalo de Enron salió a la luz.
Pérdidas recogidas en los balances; no aparecen en los resultados
Las entidades de interés variable (VIE, por sus siglas en inglés) son una versión pos Enron de los vehículos de propósito especial creados por Citigroup y produjeron la caída de la empresa energética. A los bancos no se les pide revelar los activos que venden a sus propias VIE, ni el precio pagado, ni el valor perdido.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, y ex responsable ejecutivo de Goldman Sachs, un gran banco de inversión, ha afirmado sobre las entidades no incluidas en los balances: "Las actuales normas sobre capital quizá no mitigaron o, probablemente, incluso amplificaron los problemas asociados a esos vehículos". Y Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, se ha preguntado: "¿Por qué se les permitió crear esas entidades no incluidas en los balances generales cuya relación formal con los bancos no estaba clara?".
Contribuye a la confusión que bancos y sociedades de valores no reconocen en sus resultados al menos 35.000 millones de dólares (22.194 millones de euros) de provisiones adicionales que sí están incluidos en sus balances, según revelan los registros de los reguladores, informa Yalman Onaran, de Bloomberg.
Citigroup, que redujo en 2.000 millones de dólares su patrimonio neto por la caída de bonos hipotecarios en las cuentas presentadas al regulador estadounidense (SEC), no mencionó la deducción en su informe de resultados, ni en la subsiguiente teleconferencia con inversores. (Véase lista completa de entidades en gráfico adjunto).
Imputar las pérdidas sobre el balance en lugar de hacerlo sobre la cuenta de resultados es posible, según las normas contables vigentes, que distinguen entre las carteras de negociación y las de inversión a largo plazo.
Los bancos dispuestos a reconocer sus provisiones en el balance dicen que las valoraciones de activos mejorarán cuando se recuperen los mercados. Aunque la mayor parte de las pérdidas son quebrantos permanentes causados por el aumento de la morosidad en las hipotecas estadounidenses, según Janet Tavakoli, conocedora del mercado de los productos financieros estructurados que escondían en su interior las hipotecas subprime.
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