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Accidente ferroviario en el Vallès

"La chica que estaba sentada delante de mí se me ha caído encima"

La falta de información y la resignación eran la norma en las estaciones

"El tren ha intentado parar y de inmediato se ha producido un gran frenazo, que ha hecho que se cayera la mayoría de la gente que iba de pie", relató ayer Úrsula Pons, una estudiante de 21 años que viajaba en el convoy que embistió al otro. "Una mujer que estaba leyendo se ha quedado de rodillas. Y la chica que estaba sentada delante de mí se me ha caído encima", explicó. Por megafonía se informó a los pasajeros de lo ocurrido y un conductor pasó por los vagones para dar explicaciones. "Una hora más tarde, nos evacuaron", concluía Pons.

"En la estación de Provença me han dicho que me buscara la vida"
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La falta de información y la resignación imperaban en los andenes afectados. "¿Qué ha pasado?", preguntaban algunos. "Dicen que pondrán autobuses", comentaban otros. En la estación de Sarrià, nadie sabía nada. "A causa de una incidencia técnica, las líneas de ferrocarriles de Sabadell y Terrassa se encuentran fuera de servicio hasta nuevo aviso", se oía por megafonía. Era la única información que recibían los viajeros, que se mantenían inmóviles a la espera de nuevas órdenes. "La comunicación es pésima. Después de esperar más de hora y media nos han hecho salir a la calle para esperar unos buses que parece que no llegan", comentaba Ramon Tomás, un pasajero de 22 años.

Los autobuses se colapsaron y los alrededores de la estación estaban invadidos de personas que buscaban una solución a la necesidad de transporte. En Sant Cugat, la situación no era mucho mejor. Decenas de usuarios se amontonaban en la plaza de la estación a la espera de un autocar para llegar a su destino. "Sólo han llegado dos autobuses y se ha quedado mucha gente fuera", aseveró Núria Alós. Sandra Latorre, que se dirigía a Mirasol, tuvo peor suerte: "En la estación de Provença me han dicho que me buscara la vida. He cogido tres autobuses diferentes y aún no llegado a mi destino", lamentó.

"Tenía que llegar a las nueve y media a clase y llegaré a las once y cuarto", explicó Iris Martínez, una estudiante de la Universidad Autónoma, centro donde se dirigían la mayoría de viajeros de los trenes. "En el autobús nos han dicho que circulaba el tren pero sólo por una vía. En definitiva, he llegado con una hora y media de retraso", afirmó Nil Llobet, otro estudiante.

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