"Vengo de parte de Ginés"
El jefe de la Policía Local de Coslada se hizo con un gran poder gracias a numerosos contactos
"Ahora te llamo". Ginés Jiménez, de 52 años, repetía esas tres palabras varias veces a lo largo del día. No importaba la hora o lo que estuviese haciendo en ese momento. Escuchaba la solicitud que venía del otro lado del teléfono y luego soltaba su ahora te llamo para indicar que se pondría en ello. Y siempre llamaba. La mayoría de las veces, con una respuesta satisfactoria que indicaba que el favor sería complacido.
Quienes conocen personalmente al sheriff de Coslada señalan su disposición a hacer favores como una de sus marcas personales. Su nombre era el pasaporte que algunos utilizaban para librarse de problemas con la policía o para entrar en algunas discotecas de Madrid. Pronunciar su nombre era una solución para librarse de problemas. "Había gente que decía: 'vengo de parte de Ginés'. Y si alguien decía 'vengo de parte de Ginés', se le dejaba pasar. Era asiduo, pero siempre le vi tomando copas con gente muy distinta. Pero no sé quiénes eran", asegura un trabajador de la discoteca Kapital, en la calle de Atocha de Madrid.
Le gustan las armas, mostrar su poder, que se supiera que él estaba al cargo
Exteriorizaba su enfado dando patadas y puñetazos a las taquillas
Él es de los que guardan siempre un cartucho por si acaso
Él también usaba otros pasaportes. Decía tener los móviles de los alcaldes y de otra gente a la que había hecho favores y los mostraba para alardear de su poder, asegura un antiguo mando policial. "Y ese quizás fue su error", afirma la misma fuente, "pensar que tenía impunidad para actuar, que era intocable".
No siempre lo fue. Ginés hizo su carrera de policía en Coslada, donde durante 22 años fue oficial jefe tras aprobar unas oposiciones, pero su disfraz de personaje legendario empieza en el municipio murciano de Alcantarilla (40.000 habitantes). Allí respiran hondo estos días algunos policías locales al pensar de la que se han librado. Allí, Ginés se presentó en 1986 al cuerpo, pero no sacó la plaza. Antes de eso, este licenciado en Periodismo por la Complutense de Madrid fue corresponsal de un periódico decano de Murcia. Pasó luego a ocuparse de las labores de prensa del Ayuntamiento murciano, gobernado por el PSOE. Ya entonces, según funcionarios del Consistorio, Ginés mostraba su obsesión por los temas policiales. Acudía casi todos los días a la sede de la Policía Local y a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía. Se ganó el apodo de El Rata, por su manía a andar olisqueando donde nadie le había invitado. En una ocasión, Pedro Cascales, responsable entonces de Urbanismo, le echó de las dependencias municipales mosqueado por su empeño en ver los expedientes de vecinos de Alcantarilla.
A Ginés le gustaban las armas, mostrar su poder, que se supiera que él estaba al cargo, que nadie podía interponerse en su camino. Su obsesión por los uniformes y todo lo que significara autoridad le llevó a hacerse portero de la discoteca Super Chuy, en la localidad murciana. En los años ochenta, el local se llenaba de paracaidistas de las bases aéreas de Alcantarilla y de Javalí Nuevo, una pedanía. "Vestía siempre con trajes, con una pistola en la tobillera y un guardaespaldas que utilizaba para amedrentar a la gente", señala un antiguo compañero de Alcantarilla. "En una ocasión tuvo problemas con un militar. Éste desarmó a Ginés en el centro de la discoteca y le puso en evidencia", explica.
Deja todo aquello en 1986. Pasa unos exámenes y se hace jefe de la Policía Local de Coslada. Un año después, cuatro forasteros llegan a Alcantarilla. Son policías locales de Coslada, están alucinados con lo que han vivido en sólo un año cerca de Ginés y tienen una pregunta para la gente del Ayuntamiento: "¿Qué nos habéis mandado a nuestro pueblo?".
Nadie les había enviado nada. Ginés se había ido por su cuenta, buscando una plaza en cualquier lugar de la geografía española, un uniforme, un despacho, una pistola reglamentaria, una jefatura que ejercer, un grupo de subordinados a los que dirigir. Se presentó a varias oposiciones. Hasta que aprobó una en Coslada. Allí deja de ser El Rata y se convierte en el sheriff.
Su carácter encuentra en la noche un lugar donde mostrarse más exagerado. No es muy alto -1,65 metros- , va con un pequeño revólver del calibre 22 al cinto y buenos trajes. Nada ostentoso, pero es impulsivo, arrogante y algo macarrilla. Un tío duro con muchos contactos. Está casado y tiene dos hijos, pero a Ginés le gusta pasar mucho tiempo en los bares y en las discotecas. Nunca paga una copa. Los que van con él, tampoco. Van invitados. Da información a los periodistas. A veces, más de la que se le pide. Y lo cierto es que tiene mucha. Pues controla lo que pasa en todos los pueblos de la Comunidad. Que si tal redada en tal sitio, que si deberíais investigar por aquí... Es ya una persona muy conocida, presidente de la Federación de Asociaciones de Jefes de Policía Local. Su vivienda de 138 metros cuadrados en un ático de una buena zona de Coslada le hace pasar por un ciudadano normal a ojos de quienes no le conocen demasiado. Pero su estilo resulta incómodo. Las corruptelas que se le imputan son un modus operandi que todos temen ver estallar delante de sus narices.
Rafael Becerra, el concejal de Seguridad en 2003, no se entiende bien con él. O más bien al revés. Ginés no le hace caso y actúa siempre por su cuenta. Además, hay denuncias de dos agentes que acusan a Ginés de humillaciones y mobbing, así que Becerra encarga un informe reservado que estudie qué es lo que pasa en la policía. El trabajo recae en un técnico del Ayuntamiento, llamado José Vicente Sánchez-Bermejo. El técnico habla con 14 policías y se queda asombrado con lo que oye. Su informe es demoledor y contiene frases muy jugosas que definen la personalidad de Ginés: "Se considera investido por unos poderes que le sitúan por encima del bien y del mal", sus actuaciones siguen una "dudosa y nada clara sujeción al principio de legalidad".
Los problemas con quienes no le bailaban el agua eran atajados por Ginés con dureza, según un subordinado: "Te mandaba a trabajar a un sitio donde no pasaba nada. O te destinaba a patrullar en verano a pie a 40 grados a las tres de la tarde. Era su forma de enviarte al destierro".
Además de esos pequeños castigos, Ginés exteriorizaba su enfado con la violencia física y verbal. Se ponía agresivo. Con insultos, injurias, gritando y dando patadas y puñetazos a las taquillas. "Cuando tenía algo contra ti aprovechaba cualquier ocasión. A mis compañeros incluso les prohibió tomar café conmigo. El que se enfrentaba a él estaba amargado", añade un agente de policía de Coslada.
Ginés pensaba sencillamente que era el mejor. El alcalde que le contrató, José Huélamo, describe así esa última veta de la personalidad del policía: "Tenía que ser el mejor policía, no de España, sino del mundo. Siempre estaba ensalzándose y tenía problemas con los comisarios". Quizá sea por eso. La Operación Bloque de la Jefatura Superior de Policía ha acabado con 26 policías y un comerciante chino detenidos por una trama de extorsión. Todo eso habrá que probarlo. En estos 22 años Ginés Jiménez ha demostrado que su espíritu peleón e incansable ha podido siempre con quienes trataban de quitárselo de en medio. Él es de los que guardan siempre un cartucho por si acaso. Ginés Jiménez, Ginés, El Rata, Ginés, El Intocable, Ginés, el sheriff de Coslada.
Información elaborada por Tono Calleja, Amaya Izquierdo, Álvaro de Cózar y F. Javier Barroso.
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