Los colegios católicos rehúsan que haya límites al cobro de cuotas extras

A los centros católicos, que tienen la mayoría de las plazas escolares concertadas en Cataluña y el 25% del total, no les gustan algunos de los cambios anunciados por la Generalitat con vistas a la primera ley catalana de educación. La Fundación Escuela Cristiana, la patronal del sector, ha enviado una primera opinión muy dura con algunos aspectos del anteproyecto de ley a sus 410 centros adscritos.

Las escuelas cristianas critican que el anteproyecto prevea que "las cuotas por actividades complementarias" que se cobran a las familias "quedarán limitadas por la Administración con la fijación de un importe máximo". Para las escuelas religiosas, poner límites a las cuotas complementarias "es una práctica más restrictiva que la que fija la ley orgánica, que sólo obliga al carácter no lucrativo".

Otro de los puntos de desacuerdo de las escuelas cristianas es el cambio previsto en la admisión del alumnado. El espíritu de la futura ley es favorecer que los concertados acojan a más alumnos inmigrantes, ya que el 83% se escolarizan hoy en escuelas públicas, cuando los concertados tienen casi el 40% de las plazas.

El anteproyecto de ley presentado por el Departamento de Educación establece que los alumnos que quieran entrar en un centro con el curso ya empezado no deberán ir al propio centro. "Las solicitudes se presentarán en la comisión de escolarización o, en todo caso, en la oficina municipal de escolarización correspondiente, para gestionar la atribución de una plaza escolar".

Y dentro del periodo ordinario de preinscripción, las solicitudes se podrán presentar "para su gestión" tanto en el centro adonde las familias quieran llevar a sus hijos como en las oficinas de escolarización.

En la nota enviada por la patronal de las escuelas cristianas a los directores se tacha de "graves" los cambios en la admisión de alumnos y se critica a Educación por "intentar recuperar disposiciones que los tribunales ya suspendieron cautelarmente en el decreto de admisión de alumnos del primer [Gobierno] tripartito, que ya no aparecen en el que está en vigor actualmente".

Asimismo en la misiva enviada a los directores de colegios hay alusiones al "carácter propio", que "pasa a ser irrelevante en el anteproyecto. Sólo se cita una vez en todo el texto", reprocha la Fundación Escuela Cristiana. La entidad también critica el anteproyecto porque, a su juicio, contraviene "el mandato del Estatuto de Automomía, que dice que la Generalitat debe establecer un modelo educativo de interés público"m mientras que el texto "sólo habla de "servicio público de educación".

Otra de las críticas al anteproyecto tiene contenido económico. "En el capítulo de la financiación de la escuela concertada, pese a las promesas, no hay ningún avance", señalan los centros cristianos. La patronal dice a los directores que la cuantía del módulo de financiación es insuficiente.

En la nota no hay mención alguna a la no separación de chicos y chicas, que también cita el anteproyecto como condición futura para tener concierto de la Generalitat. Aún hay colegios religiosos católicos concertados que separan a ambos sexos.