Los provechosos viajes de Elorza a los ministerios
El alcalde donostiarra logra ayudas en Madrid para grandes proyectos que chocan con otras instituciones vascas
Las idas y venidas del alcalde donostiarra, Odón Elorza, por la Castellana, el paseo madrileño donde tiene su sede el Ministerio de Fomento, resultan cada vez más frecuentes en los últimos tiempos. Allí ha encontrado un interlocutor que le atiende, le escucha y, las más de las veces, satisface sus peticiones. El último logro de Elorza en aquellos despachos es la pasarela de Mompás, mal que le pese a la consejería de Medio Ambiente.
Últimamente, cuando el primer edil se encamina a Madrid pasa de largo sin detenerse en Vitoria. El Gobierno vasco no se muestra tan receptivo a sus planteamientos, asegura. "La mayoría de los departamentos [del tripartito] tienen la consigna de no tratar debidamente a San Sebastián, supongo que por razones de puro sectarismo político", ha llegado a afirmar Elorza.
El Gobierno central financia San Telmo, el Paseo Nuevo o la estación de Atotxa
Cansado de recibir calabazas, ha logrado compensar esta falta de entendimiento con las ayudas que el Ejecutivo central, socialista como él, se ha comprometido a aportar a la capital guipuzcoana. Así ha ocurrido con el proyecto de ampliación del Museo San Telmo, para el que el Ministerio de Cultura destinará ocho millones de euros, frente al millón que ha asignado la consejería vasca del ramo.
Las buenas relaciones con Madrid también dieron sus frutos con la financiación de las obras de rehabilitación del Teatro Victoria Eugenia o el reciente acuerdo para que el tren de alta velocidad llegue hasta la estación de Atotxa, el intercambiador ferroviario de Riberas de Loiola y las ayudas económicas para sufragar el coste de los daños producidos por el último temporal en el Paseo Nuevo.
En esta sucesión, Elorza ha conseguido un acuerdo con el Gobierno central para que el Ministerio de Medio Ambiente financie con 12 millones de euros la construcción de la polémica pasarela de Mompás, una suerte de mirador marítimo ubicado en las faldas del monte Ulía, que permitirá culminar un paseo de siete kilómetros a lo largo de toda la fachada marítima de la capital guipuzcoana, desde el Peine del Viento, en Ondarreta, hasta la punta de Mompás, en Sagüés. El Consejo de Ministros autorizó el desembolso el pasado 28 de marzo.
La pasarela de Mompás es el proyecto con el que el regidor quiere ilusionar a los donostiarras, pero se ha encontrado con el rechazo frontal de la consejería de Medio Ambiente, dirigida por Esther Larrañaga, de EA. Así es como de nuevo ha salido a flote la rivalidad institucional entre el consistorio y el Gobierno vasco frente a las afinidad con el Ejecutivo central.
Elorza ha advertido de que la pasarela, de casi 800 metros de longitud, se materializará "pese a quien pese", puesto que cuenta con el visto bueno ministerial y, a su juicio, supone un proyecto "ecológico, innovador, vanguardista", "integrado en el paisaje" y "respetuoso con los valores medioambientales de la ladera del monte Ulía". El Ayuntamiento, además, se ha felicitado por las conclusiones de un estudio ambiental encargado por Medio Ambiente y previo a la declaración de impacto. La empresa Ekolur indica en el mismo que las afecciones de la pasarela son moderadas y, por lo tanto, asumibles.
Entre las principales recomendaciones que plantea el documento se incluye la sustitución de la plataforma de madera por un material transparente para evitar que la sombra perjudique a la especie botánica más típica de esta zona: la armeria euskadiensis.
El agravio comparativo de los túneles del Jaizkibel
La consejería de Medio Ambiente ha tachado el proyecto de la pasarela de Mompás de "atropello competencial y ambiental", pues vulnera "de forma flagrante" el Plan Territorial Sectorial de Protección del Litoral vasco. Este documento de planificación cataloga el frente de Mompás como una zona de "especial protección estricta".
Si el consistorio sigue adelante con el proyecto, el Ejecutivo autónomo está dispuesto a bloquearlo acudiendo incluso a la vía judicial. Esta amenaza tan directa ha molestado sobremanera a Elorza, quien ha llegado a cuestionar el rigor con que mide la consejería las actuaciones previstas en otros puntos de la costa, en la vecina Pasaia, sin ir más lejos.
El alcalde está disgustado por el silencio de la consejería al hacerse público la pasada semana el proyecto para construir dos bocas de túnel, de dos kilómetros de longitud cada una, bajo el monte Jaizkibel para acceder al futuro puerto exterior de Pasaia.
Elorza reprocha a la consejería que dirige Esther Larrañaga que mire a otro lado en esta ocasión y se inhiba de la obra de gran magnitud que se plantea en un ámbito como Jaizkibel, también incluido en dicho plan con la máxima protección urbanística. El mutismo responde al reconocimiento de que la construcción del macropuerto es de "interés general", algo que la consejería discute en el caso de Mompás.
El proyecto de la pasarela también cuenta con la oposición de diferentes grupos ecologistas, que ven en peligro el valor natural de la zona.
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