¡No son tanques, son camiones!
China y Vietnam construyen una autopista que entierra viejos recelos
China y Vietnam han iniciado la construcción de una autopista que sellará décadas de incomprensión entre los dos países y favorecerá enormemente el desarrollo de la sureña provincia china de Yunnan y del norte vietnamita, zonas muy deprimidas de ambos países. La autopista, que tiene como eje el puente sobre el río Rojo, inaugurado a finales del pasado diciembre, unirá Hanoi con Kunming, capital de Yunnan, que tiene 42 millones de habitantes, la mitad que Vietnam.
Los 290 kilómetros de autopista pondrán fin al cuello de botella que entorpece la espectacular expansión del comercio bilateral desde que se normalizaron las relaciones diplomáticas, en 1992. Cuatro carriles borrarán el camino que en 1979 tomaron los tanques, cuando Pekín decidió "dar una lección" a su vecino por haber invadido Camboya para acabar con el régimen de los jemeres rojos, hostil a Vietnam pero aliado de China.
El corazón de la autopista, donde se unirán los ramales del norte y del sur, es el puente de 295 metros de longitud por 21,5 metros de ancho, que se ha levantado entre Lao Cai (Vietnam) y Hekou (China) para tratar de aliviar los atascos de camiones de mercancías que ha originado el auge comercial. Dos pequeños puentes, uno para ferrocarril y otro para automóviles, eran hasta hace cuatro meses las únicas conexiones entre los dos países.
Precisamente en Lao Cai se desarrollaron los combates más encarnizados entre chinos y vietnamitas. Las tropas chinas se retiraron dos meses después pero en la zona hubo pequeñas escaramuzas fronterizas hasta 1984. Hoy en día los dos países -que siguen gobernados por sus respectivos partidos comunistas- han optado por el pragmatismo para impulsar su desarrollo y han dejado de lado las diferencias ideológicas.
La autopista facilitará la salida por mar de las mercancías chinas, ya que para cuando se concluya, en 2012, se habrá ampliado también la existente entre Hanoi y Haiphong, uno de los mayores puertos del país, a sólo 103 kilómetros de la capital.
Tanto China como Vietnam experimentan altas tasas de crecimiento económico, aunque repartido de forma muy desigual. Las cuatro provincias del norte de Vietnam son extremadamente pobres, con un índice de miseria del 34% de la población, frente a un 20% en el resto del país. También en China, las zonas del interior, como Yunnan, son las más atrasadas, de ahí que los dos Gobiernos concedan gran relevancia a este proyecto.
En los tres primeros meses del año el comercio a través de Lao Cai alcanzó casi el medio millón de toneladas, lo que supone un crecimiento del 16,26% con respecto a 2007. En ese año, 150 millones de euros atravesaron ese puesto fronterizo, un 110% más que en 2006.
Pekín y Hanoi pagaron a medias el puente, que costó 5,1 millones de dólares. La parte vietnamita de la autopista será financiada por el Banco Asiático de Desarrollo, que en diciembre aprobó el mayor crédito de su historia para un único proyecto, 1.100 millones de dólares. Vietnam confirmó su interés con una contribución de 100 millones.
Esta autopista forma parte de un ambicioso plan de China por establecer una red de transporte regional que incremente considerablemente toda la actividad comercial del sureste asiático. En marzo, los primeros ministros de Vietnam, China, Camboya, Laos, Myanmar (la antigua Birmania) y Tailandia inauguraron el "corredor económico norte-sur", una autovía de 1.800 kilómetros -muchos de ellos aún sin asfaltar- que une Kunming con Bangkok, a través de Laos y por la antigua ruta del contrabando de opio. Pekín promueve, además, un programa de autopistas asiático, en el que 27 países se han comprometido a construir unos 120.000 kilómetros de carreteras y autovías.
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