El Banco de España duda de la eficacia de los 400 euros para atajar la crisis

El Banco de España no ve clara una de las medidas estrella del plan anticrisis del Gobierno para reactivar la economía, los ya célebres 400 euros que empezarán a apreciarse en el bolsillo en la nómina de junio. El Ministerio de Economía asegura que el cheque fiscal -que se instrumenta a través de una deducción en el IRPF para asalariados, pensionistas y autónomos- se dejará notar en el consumo.

Pero la institución que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez rebajó ayer la trascendencia de la medida en su boletín de abril por la profundidad del ajuste en la economía española.

"El alcance a la hora de estimular el consumo de los hogares puede verse aminorado" por el hecho de que, en las circunstancias actuales de desaceleración y repunte de las cifras de desempleo, ese dinero "se desvíe hacia el ahorro" en lugar de estimular el consumo. "El efecto que pretenden sobre el sostenimiento de la actividad no está exento de algunas incertidumbres", según el Banco de España.

El plan de estímulo económico aprobado el pasado 18 de abril incluye además otras medidas fiscales, financieras y de ayuda al desempleo para ayudar a las familias con el cambio del ciclo. Destacan acciones como abaratar los costes vinculados a la ampliación de la hipoteca, estimular la financiación de vivienda protegida y reforzar la actividad en el sector de la construcción a través de la obra pública. El Banco de España no cifra el efecto sobre la recaudación del paquete anticrisis, pero sí avanza que incidirá en el superávit público. Además, "el impacto del menor dinamismo de la actividad sobre las cuentas públicas puede ser elevado, como muestra el debilitamiento de los ingresos impositivos de los últimos meses", al que se añaden los incrementos de algunos gastos, como las prestaciones por desempleo.

Por todo ello, la institución aconseja "manejar la política fiscal con extrema cautela", ante la posibilidad de que el equipo del vicepresidente y ministro de Economía Pedro Solbes apueste por medidas adicionales si se recrudece la desaceleración.

El ajuste está ahí. El Banco de España cifra el crecimiento interanual del primer trimestre en el 2,8%, el peor dato trimestral desde 2002, que el supervisor bancario define como "una desaceleración más pronunciada de la actividad". Frente al 3,5% del trimestre anterior, el Banco de España sigue empeñado en no hablar de crisis, pero reconoce "un ajuste más intenso del sector inmobiliario" por la incertidumbre asociada a las turbulencias financieras y, en general, un recorte de la demanda nacional por el "debilitamiento del consumo".

Viviendas sin vender

Capítulo aparte merece la situación del sector inmobiliario. El pinchazo -tras la fuerte expansión experimentada en los últimos años- obedece al encarecimiento de las hipotecas y a las menores expectativas de revalorización de los inmuebles. "El retraimiento en la demanda de vivienda podría estar ampliando el exceso de oferta existente y acelerando el ajuste del sector", afirma el informe de abril.

Pero no todo son malas noticias. Los precios de la vivienda hasta marzo registran un crecimiento interanual del 3,8% -y por tanto una caída en términos reales, por la mayor inflación en ese periodo-, aunque su trayectoria indica "la existencia de elementos que pueden actuar de soporte del valor de los inmuebles en la fase de debilitamiento del ciclo residencial". En plata: los precios de la vivienda se resisten a caer.