Juicio contra Tarek Aziz por la ejecución de 42 tenderos

Tarek Aziz, quien fuera el rostro internacional del régimen de Sadam Husein, compareció ayer ante el Tribunal Superior de Justicia iraquí acusado de la ejecución sumaria de 42 comerciantes en 1992. El juez aplazó el juicio, en el que están citados otros siete altos cargos, hasta el 20 de mayo para dar más tiempo a los abogados defensores, y ante la ausencia por razones de salud de uno de los encausados, Alí Hasan al Masyid, Alí el Químico.

Aziz, de 72 años, compareció con aspecto "frágil, vestido con un traje marrón y apoyándose en un bastón", según los periodistas que tuvieron acceso a la sala. Es la primera vez que se presenta una acusación formal contra él desde que se entregara a los estadounidenses en abril de 2003, apenas dos semanas después de la caída de Bagdad. Hasta ahora, sólo había intervenido como testigo en los tres juicios celebrados contra la cúpula del régimen.

Este antiguo responsable de propaganda del Partido Baaz, que fue ministro de Exteriores desde 1983 y viceprimer ministro desde 1991, se enfrenta a la pena de muerte si es declarado culpable. Tanto su abogado como su hijo Ziyad insisten en su inocencia. "Se ocupaba de las relaciones internacionales. No tuvo nada que ver con ese asunto", aseguran en referencia a la ejecución de 42 comerciantes acusados de inflar los precios.

Mientras tanto, fuera de la Zona Verde, donde tiene su sede el tribunal, Bagdad vivió otra jornada sangrienta que dejó al menos 43 muertos y numerosos heridos en varios incidentes. El más grave de ellos se produjo en Ciudad Sáder, una barriada en la que se hacinan dos millones de personas y en la que ayer el Ejército estadounidense volvió a enfrentarse con la milicia chií del Ejército del Mahdi. Cuatro soldados estadounidenses resultaron heridos.