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España pide a la OTAN que se mantenga neutral en Kosovo

La Alianza formará las nuevas fuerzas armadas kosovares

Miguel González

España se mueve en el filo de la navaja en Kosovo, donde trata de conciliar la unidad con sus socios de la OTAN y la UE (la mayoría de los cuales han reconocido la independencia de la ex provincia serbia) y el respeto a la legalidad internacional, (que proscribe la alteración unilateral de las fronteras).

Hasta ahora, España ha alegado que sus 600 soldados integrados en la Kfor, la fuerza de la OTAN para Kosovo, tienen como misión salvaguardar los derechos de las minorías, especialmente la serbia, y que su presencia se basa en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU, de junio de 1999, que consagraba la integridad territorial serbia.

Sin embargo, cada vez es más difícil sustraerse a la nueva realidad. El Consejo Atlántico tiene previsto aprobar hoy las directrices políticas para la revisión del Plan de Operaciones (OPLAN) de la Kfor, que debe tener listo el Comité Militar de la OTAN en 60 días.

Esta revisión atribuirá nuevas misiones a los 16.000 soldados de la OTAN, como la formación de la futura Fuerza de Seguridad kosovar; el desmantelamiento del Cuerpo de Protección Civil, refugio de los antiguos guerrilleros del UCK; y el apoyo para crear una agencia civil de supervisión de la fuerza de seguridad y policía.

Se trata de un ejercicio sutil de eufemismo, pues la fuerza de protección es lo más parecido a un Ejército (aunque sea limitado en efectivos y armamento) y la agencia, a un Ministerio de Defensa e Interior.

España ha advertido a sus aliados de que cualquier nuevo paso que dé la OTAN debe basarse en un respeto escrupuloso de la neutralidad de la Kfor y de la resolución 1244. En diciembre pasado, anticipándose a la proclamación de independencia, consumada el 17 de febrero último, la OTAN ya aprobó unas directrices que, a petición española, incidían en la necesidad de evitar cualquier atisbo de reconocimiento del nuevo Estado y centraba el papel de la Kfor en impedir actos de violencia y garantizar la libertad de movimientos.

Además, atribuía a la OTAN el papel de fuerza de reserva ante posibles disturbios, destinada a intervenir sólo después de que lo hiciera la policía local y la de la ONU (Unmik) y nunca en casos de desobediencia civil.

Estos principios se pondrán a prueba el próximo 11 de mayo, ante la convocatoria de elecciones legislativas y municipales que las autoridades serbias quieren celebrar también en Kosovo. Con las primeras no hay problema, pero las segundas han sido expresamente declaradas ilegales. El general español José Alberto Ruiz de Oña, segundo jefe del Estado Mayor de la Kfor, aseguró ayer que no espera problemas en los enclaves serbios bajo responsabilidad española y que las tropas de la OTAN "sólo intervendrán a petición de la Policía de la ONU". El general se reunió con la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien concluyó en Sarajevo (Bosnia-Herzegovina) su periplo iniciado en Afganistán y Líbano y que le ha llevado a los principales escenarios en los que actúan las tropas españolas, salvo precisamente Kosovo, para evitar que su visita fuera aprovechada por las autoridades de un Estado al que España no reconoce.

Tras la reunión, en la que participaron también los coroneles Conde y Montenegro, destinados igualmente en Kosovo, Chacón insistió en que la OTAN debe moverse "en el marco de la resolución 1244". ¿Y si no fuera así? "Estaríamos en otro escenario y tendríamos que revisar nuestra posición".

Chacón sostiene el diario para su futuro bebé que le regalaron en Sarajevo.
Chacón sostiene el diario para su futuro bebé que le regalaron en Sarajevo.EFE

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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