"He vuelto a un cine por el que me insultan"
Viernes por la noche en Buenos Aires. El céntrico Café Tortoni, el más antiguo de la ciudad, cumple 150 años repleto de turistas, estruendoso chocar de copas y tazas y paredes abigarradas de cuadros y fotografías. Francis Ford Coppola (Detroit, 1939) entra por su puerta trasera, pregunta a los ayudantes sobre el plan de rodaje nocturno, saluda muy cariñosamente a Maribel Verdú ("mi princesa", le susurra) y a Carmen Maura, y avisa: nunca en su vida había atendido a la prensa en mitad de un rodaje.
Vestido con un impecable traje blanco de lino, a Coppola se le nota feliz con su equipo, profesional en sus respuestas y cansado. Está al final de la cuarta semana de filmación de un total de 12. Este Coppola no hubiera tenido energías para rodar El Padrino, pero es que este Coppola está a otra cosa: "Tetro es la segunda película de mi nueva carrera, en la que quiero aprender más de mí mismo como persona, escribir mis guiones y controlar yo mismo la financiación de mis filmes". Un paso que comenzó el año pasado con Juventud sin juventud, su adaptación de la novela del rumano Mircea Eliade. Y que ahora da un salto arriesgado con Tetro, un drama familiar que se desarrolla en mitad de una familia de inmigrantes italianos en Argentina. El padre, un monstruoso y genial director de orquesta, deglutió emocionalmente a su familia antes de trasladarse a Estados Unidos. De allí regresa su hijo pequeño, Bennie (el debutante Alden Ehrenreich), a Buenos Aires. A punto de cumplir 18 años, Bennie busca a Tetro (Vincent Gallo), su hermano mayor -"una trágica figura poética", apunta su creador-, un bohemio que deambula por los ambientes artísticos de la ciudad, y que intenta superar, de la mano de su novia, una psiquiatra (Maribel Verdú), el rencor que le provocó su padre. A Carmen Maura le ha tocado el personaje de una influyente crítica literaria, antigua mentora del protagonista, y en cuya casa se desarrolla el final de Tetro. En esta vuelta de tuerca creativa, Coppola está filmando en blanco y negro, dejando el color para los flash-backs en los que el público conocerá al padre y para los sueños del protagonista.
"Estoy aprendiendo que el cine es maravilloso, un arte mágico"
"La política está dentro del ser humano y de sus relaciones familiares"
Pregunta. ¿Por qué en Argentina?
Respuesta. Busco sitios que supongan para mí una aventura, en los que pueda disfrutar y filmar barato, y Argentina cumple los requisitos. Además, se parece a Estados Unidos: un gran país que ha sabido acoger a oleadas de inmigrantes, muchos italianos. Y de paso así aprendo una nueva cultura -me encanta la literatura suramericana- y algo de español
[Maribel Verdú chiva que no sabe mucho, aunque saluda a todo el equipo en castellano].
P. ¿Hay reflejo en el guión de los actuales problemas políticos de Argentina?
R. No, pero la política está en todas partes. La auténtica política está dentro del ser humano y de sus relaciones familiares, y después salta a la sociedad. Prefiero investigar a ese nivel.
P. Es buen momento para hablar del estado actual de la política en su país.
R. Estados Unidos es un gran país y sabrá sobreponerse a estos últimos desastrosos ocho años.
P. ¿Barack Obama o Hillary Clinton?
R. Repito: Estados Unidos es un gran país...
P. Asegura que ésta es la primera vez que para escribir un guión se ha metido en el desván familiar. Su padre era músico y el de Tetro es director de orquesta; no sé cómo se lleva usted con su hermano mayor, August (decano emérito de la Escuela de Artes Creativas de San Francisco y padre de Nicolas Cage).
R. Este director es más como Herbert von Karajan, y Carmine, mi padre, era compositor, un hombre maravilloso. Y mi hermano es la persona que más me influye en la vida. Pero sí es cierto que he cogido cosas de mi familia. Cuando escribes de una familia, tú y los tuyos acaban en todos los personajes. Yo soy el padre, yo soy el hermano, yo soy Tetro... Usas lo que conoces.
P. Escribir sobre la familia ayuda a descubrir cosas cercanas a uno.
R. Y también sobre mí. Sobre cómo me siento, sobre cómo me han influido cosas del pasado y las he superado o las he incorporado a mi carácter.
P. Contrató in extremis a Carmen Maura para que sustituyera a Javier Bardem como mentor de Tetro. ¿Un cambio de sexo obligado por las circunstancias?
R. Sí y no. Bardem me dijo ya desde Juventud sin juventud que estaría en el rodaje. Nos hicimos amigos. Se lo pedí como un favor, eran sólo 12 días... Pero eran demasiados hombres en el guión, hubo problemas de fechas y al llegar Gallo, un actor muy sexy, cambié el sexo del crítico. El espectador se preguntará qué pasó antes entre ellos. Carmen está llena de alegría de vivir.
P. ¿Encontró el ordenador que le robaron en septiembre?
R. No, pero se exageró la historia. En él no estaba el guión, sólo fotos familiares.
P. ¿Tiene relación con sus actores anteriores? Hoy es el cumpleaños de Al Pacino.
R. No lo sabía, luego le enviaré un mensaje. En el cine cada uno vive en un sitio diferente. Como mi familia: yo vivo en el valle de Napa, mi hija, en París, mi hijo, en Los Ángeles...
P. Ésta es la segunda película de su carrera...
R. Y estoy aprendiendo.
P. Perdón, ¿aprendiendo?
R. Porque he empezado de cero de nuevo. Es un proceso completamente diferente.
P. ¿Qué le ha empujado a este reinicio?
R. Yo no he cambiado. Lo que ha cambiado es el proceso de hacer cine, Hollywood. La gente ve películas en sus móviles. Los esquemas se repiten: siempre hay dos policías liándose a tiros... Incluso en la película con la que Javier ganó el Oscar, No es país para viejos, se disparan como locos a la cabeza. Desapareció aquella tradición de los cincuenta y sesenta que prolongamos en los setenta. Tú eres joven y si ganas un montón de dinero, ¿qué harás con él? ¿Te comprarás un yate, un avión? Yo ya he tenido esas cosas, me siento repleto de salud y lo que hago con mis ganancias es invertirlas en cine. Además, mis primeras películas nunca tuvieron éxito inmediato. Hasta insultaron a El Padrino. Y he vuelto a ese cine por el que me insultan. ¿Que no te gusta mi filme? Bien. ¿Que te gusta? Me halaga.
P. ¿Y qué está aprendiendo?
R. Que el cine es maravilloso, un arte mágico.
P. ¿Ha recuperado el amor por el cine?
R. Nunca lo perdí, pero ahora lo disfruto, investigo en su lenguaje.
P. ¿Por eso rueda en blanco o negro?
R. No, es una preciosa elección. Mi próxima película no será en blanco y negro.
P. ¿Ya la tiene pensada?
R. Sí
P. Y será...
R. ¿Por qué te lo iba a decir a ti?
Babelia
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