Sandra está "muy dolida"
Sandra Carrasco, la hija mayor de Isaías, el ex edil socialista asesinado por ETA el pasado 7 de marzo en Mondragón, está pasando "un momento muy malo". La joven enérgica y valiente que al día siguiente del atentado contra su padre dio una lección de ciudadanía, no pudo el pasado jueves guardar la misma fortaleza anímica. A la misma hora que en el Ayuntamiento de su pueblo los partidos democráticos se estaban cruzando reproches y descalificaciones, ella se encontraba trabajando en una cabina del peaje de entrada a la localidad. "No pudo terminar el turno y tuvieron que ir a recogerla porque no se sentía bien", asegura una persona muy cercana y unida a la familia del asesinado.
Las coincidencias se pusieron en su contra. Ella estaba en la misma cabina donde trabajaba su padre antes de que fuera vilmente tiroteado junto a su casa. En ese momento, los partidos estaban ofreciendo un espectáculo bochornoso en el mismo salón de plenos donde estuvo instalada la capilla ardiente de Isaías. Fue precisamente tras el homenaje a su padre cuando Sandra se armó de coraje y pidió "que nadie manipule su asesinato".
Aquel mensaje que dio la vuelta al mundo no ha debido calar en su entorno, a la vista de la división y el enfrentamiento exhibidos por los políticos de su pueblo. Sandra, que no quiere hablar con los periodistas, "está muy dolida" con lo sucedido en ese salón de plenos, dice esta persona allegada. Ahora sólo quiere volver a armarse de valor para seguir los pasos de su padre y continuar dando servicio en la cabina de la autopista.
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