_
_
_
_
Crítica:LIBROS | Narrativa
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Baroja posmoderno

Jordi Gracia

El radiante valor literario de estos diarios está en una sutil basculación entre el arrabal y el centro urbano, entre la periferia de las letras y las avenidas burguesas. La penumbra relativa de público en la que viven es solidaria de su calidad y a lo mejor hasta parte de su causa: sin esa penumbra quizá no serían tan exhibicionistas de la libertad de burlarse de sí mismo, cervantinizando, ni tan desacomplejados en la burla de los demás, y esos demás son siempre gentes de tronío y notoriedad. Al pobre Miguel el Loco (que fue personaje doloroso de muchos de los tomos del diario) lo reencuentra en éste para despedirse casi, y no hay maltrato alguno ni parodia ni ensañamiento, mientras que los peor malparados son casi siempre personas con algún poder y sobre todo con poder literario, o reguladores del tráfico público de las letras. Puede ser un Juan Cruz como gestor hiperactivo (que sin embargo y al mismo tiempo escribe un buen libro como Ojalá octubre), puede ser Muñoz Molina o Javier Marías, o puede ser, todavía y otra vez, Luis María Anson o la mismísima Real Academia, como tantas otras veces, o los vigilantes profesorales de la corrección del diarista, tratados con una discreta socarronería. Los damnificados son más poderosos que él, porque él se viste de Baroja articulista y algo posmoderno, o de neogaldosiano novelista del día a día, porque ésas son las materias que hacen los diarios: un inequívoco don narrativo para lo humilde, una prosa hasta preciosista a ratos y sin embargo siempre plegada a la media sonrisa y a la precisión (para describir fastuosamente el palacio de la calle de Mejía Lequerica en Madrid o para atrapar los campos en conmovidos vistazos líricos).

La manía

Andrés Trapiello

Pre-Textos. Valencia, 2008

815 páginas. 35 euros

La honradez de la voz está hecha de veracidad y capricho, no de cálculo interesado o miedoso, y esa libertad es una forma brillante de la imaginación verbal, cuando rebaja a Juan Benet, el ingeniero, o maltrata a Enrique Vila-Matas, cuando eleva a Ramón Gaya o encumbra y con tanta razón a Carlos Pujol. Es lo que cree este narrador y ésas son sus convicciones, tan equivocadas o tan injustas como se quiera, pero son ellas las que van poblando de densidad moral y compromiso en el sentido más estricto estos voluminosos cuadernos. Trapiello ha reinventado el género para instalarse en él como contador incansable y valiente de historias que no se repiten nunca, como no se repite nunca nada en quien es observador atento, agudo, meticuloso y sentimental de la vida de los otros y de la suya propia. Por eso a otro lector tan adicto como yo de estos diarios novelizados, C. F. (para ponerlo como A.T.), le gusta decir que cuentan la andadura vacilante que tienen los días en todos nosotros y tienen la humildad de no ocultar ni sus propios desánimos o decepciones ni tampoco las euforias o las manías, incluso cuando estas últimas sólo proceden de la buena fortuna de un libro propio o de la alegría tranquila de estarse ahí, tantas horas, contando y corrigiendo páginas para que digan lo mejor posible lo que a uno lo agita o lo melancoliza. Y decirlo para muchos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jordi Gracia
Es adjunto a la directora de EL PAÍS y codirector de 'TintaLibre'. Antes fue subdirector de Opinión. Llegó a la Redacción desde la vida apacible de la universidad, donde es catedrático de literatura. Pese a haber escrito sobre Javier Pradera, nada podía hacerle imaginar que la realidad real era así: ingobernable y adictiva.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_