Protesta de antitaurinos
La controversia volvió ayer a las puertas de la plaza de toros Monumental de Barcelona aprovechando el reclamo de José Tomás, tal y como sucedió el año pasado. Pero esta vez la protesta fue menor y no reunió a más de 300 manifestantes, convocados por el Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal, que insultaron a los asistentes a la corrida. Bajo la amenaza de lluvia, el goteo de lindezas como "asesinos" o "esta gentuza es ignorante" caían sobre los que se dirigían al recinto.
En el otro extremo, Albert Boadella declaró en referencia a los manifestantes que "son los tartufos de nuestro siglo". En la misma línea, Fernando Sánchez Dragó aseguró que "lo que le hace falta a esta gente es un exorcista. Es como si vomitaran a Satán por la boca. No practican la libertad de expresión, sino la libertad de agresión".
La antitaurina Núria Querol, miembro de la fundación de protección a los animales Altarriba, argumenta que "cuesta creer que a estas alturas se siga permitiendo una actividad que, de cometerse sobre un gato o un perro, sería delito e incluso requeriría una evaluación psicológica en algunos países".
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