Los regantes de Lleida ofrecen tubos y bombas de agua
Los canales de Lleida no tienen agua suficiente para compartirla con los habitantes de Barcelona a causa de la sequía, pero los regantes quieren demostrar que son solidarios. Por ello están dispuestos a ceder a Medio Ambiente el material que necesite para llevar los 35 hectómetros cúbicos sobrantes del minitrasvase de Tarragona; en esencia, bombas de impulsión y tuberías de las obras del canal Segarra-Garrigues, en fase de ejecución.
Las dos empresas que se han ofrecido para construir el viaducto no tendrían problemas para encontrar las tuberías, pero sí las bombas que sería necesario instalar para impulsar el agua, especialmente entre Olèrdola y Masquefa. Por ello, el Gobierno catalán ha pensado en utilizar las bombas adquiridas para la red secundaria de distribución del canal Segarra-Garrigues, que todavía no ha empezado a regar las primeras fincas. Estas obras las ejecuta la sociedad Aguas del Segarra-Garrigues (ASG). "De momento, no hemos recibido ninguna petición en ese sentido, pero, si las necesitan, estaremos encantados en prestárselas si luego las desmontan o en vendérselas a precio de coste", afirma Ramon Vilalta, vicepresidente de Regs de Catalunya (Regsa), la empresa pública responsable de la red secundaria del Segarra-Garrigues.
Vilalta explica que este tipo de bombas, capaces de impulsar 1,5 metros cúbicos de agua por segundo, no están a la venta, sino que se fabrican por encargo y a medida de las necesidades del tramo en el que han de ser instaladas. En este momento, la sociedad que construye las obras tiene varias encargadas y son éstas las que podrían utilizarse para la conducción a Barcelona.
Más alternativas
Sin embargo, no está claro que la Administración recurra sólo a las bombas del Segarra-Garrigues para Barcelona, ya que el Gobierno central ejecuta más de un centenar de obras de regadío en toda España y dispone de un variado surtido de bombas. "Ahora no tenemos ninguna disponible, pero dentro de tres o cuatro meses es posible que estén acabadas las que se están fabricando por encargo de las constructoras del canal. Si las necesitan, estarán a su disposición", matizó Vilalta. En cualquier caso, será el Departamento de Agricultura el organismo que deba autorizar a Medio Ambiente la utilización de este material.
Esta solución supondría un considerable ahorro de tiempo en las obras de conducción del agua de Tarragona a Barcelona y la enésima demora en los plazos de ejecución del Segarra-Garrigues, lo que en la actualidad no es especialmente grave porque tampoco hay reservas de agua suficientes en el pantano de Rialp, de donde se abastece esta infraestructura.
El presidente de la comunidad de regantes del canal Segarra-Garrigues, Josep París, muestra una buena predisposición a ceder las bombas y el material. "Si se ajustan a las necesidades del proyecto de Medio Ambiente, por un sentido de solidaridad no pondremos ninguna objeción a que se las lleven, a pesar de que eso puede perjudicar al ritmo de las obras del canal", añade París.
Pero con relación a la propuesta de Medio Ambiente de comprar derechos de agua a los regantes para completar el caudal que necesita Barcelona, París considera que el Segarra-Garrigues no puede asumir tal propuesta porque sólo tiene una reserva de 100 hectómetros cúbicos del pantano de Rialp y todavía no dispone de la concesión definitiva. "En este momento no podríamos aceptar esa propuesta", señala. En el mismo sentido se han manifestado los presidentes de los canales de Urgell, Aragón y Cataluña y Pinyana, alegando falta de agua en los pantanos de las principales cuencas de Lleida (Segre, Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana).
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