Cuatro años sin ver a su hija por haberla pegado
Castigo ejemplar contra una mujer por golpear a la niña
Unas bofetadas a su hija, cuando ésta tenía siete años, para reprenderle una mala conducta le costará a su madre, Concepción Solís, cuatro años sin poder verla.
El juzgado de lo Penal número uno de Cádiz ordenó el pasado 8 de abril ejecutar una sentencia de 2005 por la que esta mujer, de 45 años, fue condenada a 21 meses de alejamiento de su hija menor por abofetearla y tirarle de los pelos. La sentencia también la condenaba a nueve meses de prisión, que no cumplirá por carecer de antecedentes penales.
La ejecución de la sentencia (los 21 meses de alejamiento) comenzará aplicarse desde ahora, ya que el juzgado gaditano no estima que los 28 meses que la madre lleva ya sin ver a su hija, porque se lo impidió cautelarmente una posterior sentencia de divorcio, computen para poder ver a la menor.
Los hechos comenzaron el 4 de septiembre de 2005. Ese día, Paola, la menor de sus cinco hijos, insultó -llamó "maricón"- a un amigo de la madre. Ésta le propinó dos bofetadas en la cara mientras le agarraba del pelo y le dio además dos azotes en el trasero. Los golpes en el rostro le provocaron un moratón que duró varios días. El padre de la niña, que estaba en proceso de separación, denunció a su esposa por estos hechos.
En septiembre de 2006, el juzgado de lo Penal 1 de Cádiz condenó a la mujer por la agresión a 21 meses de alejamiento de la menor y a nueve meses de prisión.
En octubre de 2006, el juez que dictó la sentencia de divorcio concedió la custodia de los cinco hijos al padre alegando la agresión a la pequeña y otra denuncia del padre sobre la madre por el supuesto abandono del hijo mayor. Además, estableció que la madre, que sufrió una depresión a finales de 2003, no se podía acercar a su hija pequeña hasta que la Audiencia de Cádiz dictara sentencia firme sobre la agresión.
Durante la tramitación del divorcio, los hijos manifestaron su deseo de quedarse con el padre.
En mayo de 2007, la Audiencia de Cádiz ratificó la sentencia del juzgado de lo Penal, que el pasado 8 de abril dictó la ejecución de la condena y ordenó que los 21 meses de alejamiento deben cumplirse a partir de este momento y que no se puede contar el tiempo que la mujer ya lleva sin ver a su hija.
El abogado de la mujer, Manuel Pérez, ha recurrido ante la Audiencia de Cádiz y pedirá al Ministerio Fiscal que no se ejecute la sentencia, aduciendo que primero el padre y luego la justicia han impedido que esta mujer pueda ver a su hija. "El problema que subyace aquí es que no hay conexión entre la jurisdicción civil y penal, y por este hecho mi cliente estará sin ver a su hija desde los 7 hasta los 12 años", denunció Pérez, quien tildó de "injusticia tremenda".
Solís ha podido ver a sus otros cuatro hijos en tres ocasiones en fines de semanas alternos desde el pasado mes de marzo.
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