Ventajas del tamaño
La fusión de Delta y Northwest espolea la concentración de aerolíneas en Europa
La fusión entre las aerolíneas estadounidenses Delta Airlines y Northwest para crear la primera compañía del mundo, con casi 130 millones de pasajeros y un valor en el mercado de unos 18.000 millones de dólares, confirma por todo lo alto que la unión entre empresas es el único camino que vislumbra la aviación comercial para superar las crisis recurrentes. En este caso, el motivo de la crisis es la persistente subida del precio del petróleo y la presión competitiva, derivada de la multiplicación de las compañías de bajo coste y de la "liberalización" del cielo, con la consiguiente presencia de las aerolíneas europeas en las rutas del Atlántico norte. La fuga hacia adelante para las grandes aerolíneas es la búsqueda constante de economías de escala para compensar la tenaz caída de los márgenes en las cuentas de resultados.
Las fusiones compensan la caída de los márgenes, pero con frecuencia perjudican a corto plazo a los viajeros y no siempre rentabilizan todos los activos fusionados. Lo más probable es que la unión de Delta y Northwest genere serias dificultades de integración. Pero puede aguijonear otras fusiones en Estados Unidos, como la de Continental y United. Allí es más fácil resolver este tipo de operaciones. Están en un mercado liberalizado, con escasas restricciones en materia laboral, aunque lógicamente deberán superar el examen de las autoridades de competencia. El problema en Europa es más complejo. Aunque parezca un tópico, las líneas europeas todavía mantienen reminiscencias nacionales, según el viejo concepto de "compañías de bandera". Obsérvese la insistencia del recién elegido Silvio Berlusconi en mantener Alitalia en manos italianas, a pesar de su evidente quiebra técnica. Berlusconi se niega a perder resortes nacionales en las empresas ante las ofertas de Air France y de la rusa Aeroflot.
Existe un amplio acuerdo empresarial y técnico en que la estructura del mercado comercial en el continente se resumirá en tres grandes grupos: el capitaneado por Lufthansa, el pilotado por British Airways y el dirigido por Air France. La reunificación de las aerolíneas europeas es cuestión de tiempo, pero se acelerará probablemente si en Estados Unidos se mueven deprisa hacia una concentración de la aviación comercial compatible con la competencia. En este mercado, el tamaño todavía es una ventaja.
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