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Baltasar anuncia ahora que compra derechos de agua a los regantes

El trasvase utilizará las bombas construidas para el Segarra-Garrigues

Nuevo bandazo en las decisiones sobre el trasvase de agua del Ebro a Barcelona. El martes, la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, aseguró que no se compraría agua a los regantes. Que Barcelona se nutriría del agua que se ahorra tras sustituir viejas acequias por modernas tuberías, con un ahorro cercano a los 50 hectómetros cúbicos. A su lado, el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, no corrigió ni una coma. Anteayer, los regantes abrieron las compuertas y empezaron a regar. Anulaban así, casi por completo, la propuesta ministerial. Ayer, Baltasar ofreció otra solución, que es la que recogerá el decreto que autorice el trasvase: Barcelona utilizará 35 hectómetros cúbicos sobrantes del minitrasvase del Ebro (lo que Tarragona no consume anualmente), pero no los consumirá. Los dejará en el cauce del río, donde se hubieran quedado. ¿Qué beberá entonces Barcelona? Agua comprada a los regantes, es decir, agua que sí hubiera salido del lecho del río para regar.

La compra de derechos se hará en Tarragona y también en Lleida
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Suspenso al consejero

La compra se hará en el delta del Ebro, pero no sólo en el delta. Baltasar pretende adquirir derechos de riego a los agricultores de Lleida, en especial a los que disponen de derecho de agua en el canal de Urgell. Estos agricultores serán compensados por dejar de regar. El agua que hubieran utilizado seguirá hasta el delta y allí se usarán las conducciones del Consorcio de Aguas de Tarragona para llevarlas hasta la ciudad, desde donde partirá la nueva tubería paralela a la AP-7. Con esto, el agua se paga dos veces, pero el caudal del río no se ve alterado en ningún momento. Al contrario, entre Lleida y el delta, habrá mayor caudal, porque el agua que los payeses de Lleida vendan circulará por el río. Los ecólogos creen que se trata de una medida muy buena en la medida en que el agua regenera el tramo por el que pasa.

Las dos empresas que se han ofrecido a construir el viaducto pro la AP-7 (Aguas de Barcelona y Sacyr) tienen controladas las tuberías, pero tenían un problema con las bombas ya que en algunos tramos es imprescindible bombear el agua. En especial, entre Olèrdola y Masquefa, debido a que la conducción actual es descendente y utiliza la gravedad, pero si el agua circula en sentido contrario debe ser impulsada.

Para hacerlo se utilizarán las bombas adquiridas para el canal Segarra-Garrigues que actualmente no se utilizan.

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El Ministerio de Medio Ambiente confirmó ayer que se procederá a la compra de derechos a los regantes y añadió que la parte negociadora será el Departamento de Medio Ambiente. Los regantes negaron ayer haber negociado nada, pero los del delta reconocieron que tendrán hoy una reunión con Baltasar en Tarragona.

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