El consejo de RTVE aprueba por la mínima el cambio de sede
Luz verde a una operación inmobiliaria de 1.200 millones
El Consejo de RTVE dio ayer el visto bueno al proyecto de construcción de la nueva sede de la Corporación. El acuerdo, aprobado por la mínima fue adoptado por 6 votos a favor (PSOE, IU, ERC, CiU y el voto de Luis Fernández, presidente de la Corporación), 5 en contra (PP y UGT) y 1 abstención (IU). La organización sindical justificó su voto negativo por no considerar "necesario el traslado" y el Partido Popular por estimar "insuficiente" el plazo para examinar la documentación aportada por Fernández, de una extensión de más de 500 folios.
El acuerdo autoriza al presidente a "comenzar de manera inmediata los trabajos" y "a continuar con el proyecto de construcción del nuevo emplazamiento", con el objetivo de unificar los centros que tiene ahora en Madrid.
En esta operación urbanísitica, son las sedes de RTVE en Prado del Rey, Torrespaña (el popular Pirulí) y los estudios Buñuel las que se pondrán en venta. Estas instalaciones ocupan apróximadamente 240.100 metros cuadrados de superficie y las necesidades se han cuantificado en 172.400 metros cuadrados.
El valor actual de estos terrenos propiedad de la Corporación se ha fijado en 725 millones de euros y la inversión requerida en la nueva sede se ha fijado en un importe máximo de 582 millones. La operación movería así unos 1.200 millones de euros. RTVE dijo que esta tasación garantiza la viabilidad del proyecto, sin generar deuda, "incluso en escenarios exageradamente pesimistas de la evolución de los precios en el sector inmobiliario". El traslado se ha fijado para julio de 2011. El director del plan de viabilidad del proyecto es Pedro Pablo Mansilla.
Tres ayuntamientos, Pozuelo, Ajalvir y Aravaca, en una zona denominada La Mina del Cazador, han ofrecido a la Corporación terrenos para acoger la nueva sede, que a juicio de Fernández será "un instrumento de renovación y de futuro,". El presidente ya había señalado al anunciar la operación hace un año que en la venta de las históricas sedes no existía un afán especulador.
La Corporación también "se compromete a negociar con los representantes de los trabajadores todas las cuestiones derivadas del cambio", que pudieran suponer una modificación de sus condiciones laborales.
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