Corredor: una carrera de vértigo hacia un sector en caída libre
Beatriz Corredor, de 39 años, llega al Ministerio de Vivienda en un momento caliente para el sector. Cuando los promotores reconocen que se está produciendo una desaceleración más aguda de lo esperado y cuando muchas de las constructoras se empiezan a ver en apuros después de años de extrema bonanza.
Corredor desembarcó en la política activa hace menos de un año. Formó parte del grupo que lideró el también recién nombrado ministro Miguel Sebastián para intentar el asalto al Ayuntamiento de Madrid. Durante la campaña de las elecciones municipales se encargó de coordinar el programa de Vivienda. Pero los resultados no fueron los esperados, Sebastián ni siquiera tomó posesión de su acta y ella tuvo que retrasar su entrada en el Ayuntamiento hasta el pasado 28 de septiembre, cuando pudo recoger su acta de concejala tras la renuncia de una compañera. Desde entonces se ha volcado en la labor de oposición, como portavoz de Vivienda del PSOE.
Se afilió al PSOE en 2003 y sólo era concejal desde hace siete meses
Desde allí denunció las irregularidades urbanísticas en la concesión de licencias conocidas como caso Guateque. Fue una de las portavoces designadas por el grupo socialista en la comisión de investigación del mayor caso de corrupción del Ayuntamiento.
A pesar de su escasa experiencia política, su vasta formación jurídica sobre el sector (es registradora de la propiedad) sorprendió incluso a los que eran sus rivales políticos en el Ayuntamiento de Madrid. En los corrillos que formaban los concejales tras los plenos municipales, algún edil popular alabó la precisión de sus argumentos. Quizá los numerosos seminarios y clases que ha impartido en la Universidad de Castilla-La Mancha han afilado su perfil pedagógico.
Su carrera política es de vértigo. Se afilió al PSOE en 2003, en la agrupación del distrito de San Blas (Madrid). Estuvo al cargo de la secretaria de Mujer e Igualdad hasta que Sebastián la incluyó en su equipo. Desde entonces sólo se ha tomado una pausa tras el nacimiento de su tercera hija, el pasado julio.
Ahora salta a la cúspide de un ministerio desde el que tendrá que lidiar, por una parte, con un sector en caída libre por la crisis inmobiliaria, y por otra, con uno de los principales problemas para los españoles: el acceso a la vivienda. Un sector en el que los principales perjudicados por la carestía de los pisos son los jóvenes.
Corredor pasó ayer el día entre reunión y reunión. Llega a un ministerio con pocas competencias, pero desde el que tendrá que atender una promesa estrella del programa socialista: la construcción de 150.000 viviendas de protección oficial al año durante la próxima década.
A pesar de que las competencias de suelo corresponden a las comunidades autónomas, será juzgada por el cumplimiento de ese objetivo. Y lo tendrá difícil, porque si durante la pasada legislatura no se llegó a la construcción de 100.000 pisos de precio reglado al año, el deterioro de la economía puede hacer peligrar el objetivo electoral.
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