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Las residencias gastan cinco euros al día en las comidas de cada anciano

Asuntos Sociales destina a los menús la mitad de dinero que los hospitales públicos

Barato, muy barato. Cinco euros por desayunar, comer, merendar y cenar. Es por lo que le sale a la Comunidad de Madrid el menú diario de un anciano en una de las 25 residencias públicas de la región, según figura en los presupuestos regionales de 2008 y denuncian los sindicatos. "Eso es lo que se gasta en la materia prima", argumenta una portavoz de la Consejería de Asuntos Sociales. "No es lo mismo comprar un kilo que 400".

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Las quejas sobre la comida en las residencias han sido una constante desde que estalló el escándalo del centro de Manoteras (Hortaleza), donde el gerente envió una circular por la que obligaba a los trabajadores a reducir las cantidades de comida y a rebajar la calidad de los alimentos "para ajustar el presupuesto". Aquello fue un escándalo que le costó el puesto que ostentaba desde hacía 30 años, ya que la consejera de Asuntos Sociales, Gador Ongil, lo destituyó "fulminantemente". Sin embargo, algo más de un mes después de aquellos hechos, lo que era una excepción parece haberse convertido en regla.

El menú de la residencia de Manoteras costaba 4,80 euros. Según la Comunidad, este año se ha aumentado el presupuesto en manutención de cada mayor "de 4,90 a 5,15 euros, un 5%". Sin embargo, y como dato comparativo, uno de los grandes hospitales públicos de la región gasta el doble. "Por cinco euros al día por persona se puede dar muy poco. Los mayores no comen mucho. Los enfermos de los hospitales tampoco. Pero el menú de cada paciente nos cuesta de 10 a 12 euros diarios", explica un responsable de suministros de un gran hospital de Madrid, que tiene más de 1.000 camas.

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¿Por qué esa diferencia tan enorme? "No lo sé, eso tendrá que responderlo Sanidad", responde la portavoz de Asuntos Sociales.

Cinco euros escasos es lo que se gasta en el menú diario de cada uno de los 547 residentes del centro Guzmán el Bueno, la residencia más grande de Madrid (617 plazas), según fuentes del centro. Sobre el papel, el menú parece equilibrado: carne, pescado, verduras, frutas, hidratos... "El problema no es sólo que ahorren en la comida, es que además estos menús no se cumplen por la falta de personal en la cocina".

Según estas fuentes, ha habido días en los que no había cocineros (está previsto que haya dos) y han estado trabajando sólo los ayudantes de cocina, incapaces de sacar adelante todo el trabajo. "Eso se traduce en que en lugar de hacer el pescado que estaba previsto para la noche, acaban poniendo un día y otro un huevo duro o pasado por agua y fiambre, y claro, los residentes que pueden se quejan: "¿Otra vez huevo?, ¿pero no había pescado?", explican varias trabajadoras de la residencia.

Fuentes de los sindicatos aseguran que el escándalo de Manoteras salió a luz por "una torpeza del gerente, que se limitó a poner por escrito las órdenes que había recibido desde el Servicio Regional de Bienestar Social de la consejería, y que son las mismas que se están cumpliendo en todos los centros".

Cada una de las 25 residencias públicas de la región, si hacemos caso a los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2008, cuenta con el mismo dinero para alimentación. Este presupuesto es de 12.005.869 euros para los 6.279 residentes de los centros públicos.El cálculo de lo que le corresponde a cada persona por día es exactamente de 5,2 euros.

Un portavoz de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales aseguró ayer que las residencias pueden ofrecer comida de calidad a un precio ajustado porque "al comprar grandes cantidades, las materias primas salen más económicas".

El sistema de provisión de alimentos de las 25 residencias públicas funciona con unos proveedores fijos, seleccionados mediante concurso, a los que cada centro realiza pedidos según sus necesidades. Esta cadena de proveedores "funciona no sólo con la comida, sino también para objetos de menaje, sábanas, toallas y demás material".

Pero, según fuentes del sector, "los ahorros que podrían conseguirse por comprar más se pierden por pagar tarde". "La consejería acaba pagando a 120, 180 o más días. Los proveedores lo saben y se presentan al concurso subiendo el precio de los productos para hacer frente a los costes financieros", explica esta fuente. La Comunidad niega este encarecimiento de los alimentos y asegura que todos los productos servidos "son seleccionados por un comité de nutricionistas". Prueba de ello, argumentan, es que el cocinero de la residencia de Vista Alegre recibió un premio de escala europea de cocina hospitalaria.

Los premios de este cocinero contrastan con el malestar de una decena de residentes y trabajadores de al menos tres centros, que se quejan de que "las comidas son siempre las mismas", "que no tienen sabor", "la sopa es un aguachirri", y, en general, del servicio que reciben pese a pagar el 80% de sus pensiones por vivir en una residencia.

Tanto los usuarios y sus familiares como los sindicatos achacan estos problemas a la falta de personal. Comisiones Obreras, UGT y CSIT tienen prevista una asamblea el viernes para tratar la falta de recursos en las residencias de la región. Una de las posibilidades es la convocatoria de una huelga a finales de abril de auxiliares, enfermeros, médicos y trabajadores sociales.

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