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24 años de cárcel para los dos culpables del 'caso Permanyer'

El juez afirma que hay pruebas contra la mujer absuelta

El crimen de la psicóloga Anna Permanyer, que en 2004 causó una fuerte conmoción en la ciudad, cerró ayer su primer capítulo judicial. Después del veredicto dictado por el jurado hace tres semanas, la Audiencia de Barcelona condenó a dos de los tres acusados a sendas penas de 24 años de cárcel por asesinato y extorsión y absolvió a una tercera mujer, Anabel Toyas. Con todo, el juez entiende que existen elementos que incriminan a esta acusada de 45 años, aunque asume el pronunciamiento del tribunal, que dio por buena la versión de su hijo y de la mujer, según la cual ese día estaba trabajando en un supermercado de Fraga.

La sentencia afirma que fue Carmen Badia quien golpeó a la víctima

Los condenados son Carme Badia, de 50 años, y Joan Sesplugues, de 81. La sentencia relata que el 27 de septiembre de 2004 obligaron a Permanyer "con violencia o intimidación y afán de enriquecimiento" a firmar un contrato de arras para vender una vivienda y una plaza de garaje por 600.000 euros en el edificio Atalaya, de la avenida Diagonal, haciendo constar que la fallecida recibía 420.000 euros.

Después fue golpeada en la cara -el jurado concretó que el objeto empleado podía ser una gran ganzúa- y murió asfixiada porque le colocaran tres bolsas de plástico en la cabeza. Permanyer no pudo defenderse porque carecía de la mano y el antebrazo izquierdos y estaba noqueada por los golpes recibidos. El cadáver fue hallado 10 días después en una zona boscosa de Sitges.

El jurado concluyó que el asesinato se realizó con alevosía y ensañamiento y el juez condena a 22 años de cárcel a Badia y Sesplugues. El límite del Código Penal es de 25. Las pruebas en las que se basó el jurado y ahora la condena son, entre otras, la declaración del portero de la finca, quien dijo que vio entrar a Permanyer, pero no salir. Otra hija de la víctima explicó que su madre le había dicho que había quedado con Badia. La propia acusada también ratificó esa cita, aunque en el juicio dijo que al final la anuló. El juez afirma, además, que es muy probable que fuese Badia, de complexión fuerte, quien golpease a la víctima. La sábana en la que se envolvió el cadáver también coincide con las de los juegos de cama que tenía la acusada.

Sobre Sesplugues, la prueba que le acusa es un pelo encontrado en los envoltorios que cubrieron al cadáver, así como la ganzúa, aunque él declaró que era de su yerno. El juez tampoco tiene ninguna duda de que participó en la extorsión, por lo que impone dos años de cárcel a cada uno. Además, deberán indemnizar a la familia con 960.000 euros. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en primer lugar, y ante el Tribunal Supremo, con posterioridad.

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