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Hereu creará una comisión de 'sabios' para asesorar sobre el túnel del AVE

El alcalde señala que los expertos aportarán "una opinión más" sobre la obra

No concretó cómo realizará su trabajo, en qué consistirán sus propuestas ni si tendrán impacto sobre el trazado final. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, avanzó ayer que el Ayuntamiento creará una comisión externa, integrada por expertos de distintos países, que asesore sobre las obras del túnel del AVE que debe cruzar Barcelona. Fue una declaración de intenciones del alcalde, que sólo precisó que la comisión, mediante "informes periódicos" -tampoco detalló el plazo de esa periodicidad-, conformará "una opinión más" sobre la discutida obra que debe ejecutar Adif y que empezará, según Hereu, "en unos cuatro meses". La previsión inicial era empezar los trabajos en mayo.

"Este túnel debe servir para recuperar la credibilidad perdida", subraya un ingeniero

El túnel que conectará el AVE entre las estaciones de Sants y Sagrera sigue inquietando a los vecinos: temen que las obras dañen sus viviendas o los monumentos colindantes con las obras. El actual trazado, rechazado por el pleno del Ayuntamiento y por el Parlament, pasa a 45 centímetros de los cimientos de la Sagrada Familia. Hereu reforzó su mensaje tranquilizador. "Será la obra más controlada de la historia", aseguró en la apertura de una jornada sobre la construcción de túneles en zonas densamente pobladas. "Con la comisión podremos comparar la opinión de nuestros expertos con los de otros países", subrayó.

Ayer no pudo comprobarlo. El alcalde se marchó tras presentar el evento y sin tiempo para oír cómo ingenieros de primer orden superaron los contratiempos de sus obras en grandes ciudades europeas. El concejal de Urbanismo barcelonés, Ramón García Bragado, que hoy adelantará detalles sobre la futura comisión, se fue durante la segunda intervención. Estos expertos se guardaron de opinar sobre el túnel, por el que fueron preguntados más veces. "No disponemos de datos para evaluar el proyecto de Barcelona", fue la respuesta diplomática.

Los asistentes sí saludaron la idea anunciada poco antes por Hereu. José María Arias, moderador de la jornada e ingeniero experto en asuntos ferroviarios, recordó que es una medida habitual en Europa. "Es necesario, porque sólo aporta seguridad", razonó. "Sólo falta ver con qué expertos se cuenta, y cuál es su papel en la obra", matizó.

Más allá de las ponencias, las jornadas organizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos recordaron los últimos avatares de la profesión. Muchos admitieron que aún les cuesta despegarse de la sombra del Carmel, barrio que sufrió varios socavones en 2005 por los trabajos de ampliación de la línea 5 del metro.

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"Allí perdimos mucha credibilidad. Las obras del AVE son una oportunidad para dar el paso al frente. Hay que hacerlo bien", explicó un ingeniero municipal que pidió el anonimato por estar implicado en las obras de la línea 9.

Ese accidente también cambió su forma de trabajar. "Los políticos tienen más miedo y nos dan más medios que antes", señaló un técnico empleado en las obras del AVE. En este sentido pueden entenderse las últimas decisiones del Ayuntamiento: la realización de cinco nuevas catas del terreno aledaño a la Sagrada Familia, que anunció el jueves, y la creación del comité de expertos, que aún debe concretar.

La ventana holandesa

El mayor reto que espera a las grandes obras urbanas no es la dificultad de trabajar acotadas entre otras infraestructuras. "Será saber convencer y contentar a los vecinos afectados", señaló el profesor holandés Johan W. Bosch.

Este ingeniero, responsable de una dilatada ampliación del metro de Amsterdam que empezó en 2002 y terminará en 2013, sabe de lo que habla. "Los detalles más pequeños son los más importantes", explicó ante la sorpresa de las 400 personas que llenaban el auditorio. Bosch explicó cómo intentó apaciguar a los vecinos. Sólo lo logró haciendo que las obras del metro incluyeran mantener limpias las ventanas de los edificios colindantes. "Hay que gastar más dinero en comunicación que en ingenieros", bromeó. En la excepción holandesa hay un responsable que vela por el bienestar de cada inmueble. "Al final no están contentos, pero lo comprenden, que ya es mucho".

Bosch subrayó que el factor humano será determinante en urbes en las que cada obra supone un sinfín de contrariedades para sus habitantes. "Esto en España es imposible", apuntaban los asistentes. El secreto de Bosch: los dos billones de euros de presupuesto de que dispone la ampliación del metro de Amsterdam.

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