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El plan para llevar agua a Barcelona sólo aportaría el 6% del consumo

Lluís Pellicer

Las necesidades de agua del área metropolitana de Barcelona a corto plazo no se verían satisfechas con la última propuesta del Gobierno central para paliar la escasez. El Ejecutivo apuesta por comprar excedentes a los regantes del Ebro y luego llevarla hasta Cunit (unos 58 kilómetros al sur de Barcelona), donde la conectaría con la red de Aguas Ter Llobregat.

Lo haría en un tubo telescópico que sólo puede transportar 300 litros de agua por segundo, una quinta parte de los 1.500 litros que daría el trasvase del Segre. Esta opción sólo cubriría el 6% de las necesidades de consumo mensuales del área de Barcelona.

Además, los técnicos de la Agencia Catalana del Agua calculan que, en caso de que esta obra se iniciara de inmediato -lo cual dudan-, su construcción requeriría 21 meses. Demasiado tiempo teniendo en cuenta que los embalses de la cuenca del Ter-Llobregat se están aproximando al límite del 20%, por debajo del cual se activaría la fase de emergencia.

En cambio, el trasvase del Segre estaría terminado en cinco meses si se empezara en mayo, y aportaría el 32% de los 14 hectómetros cúbicos al mes que necesita el sistema Ter-Llobregat, que abastece a cinco millones de personas.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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