La sucursal del paraíso
Hacia el nacimiento del Nilo por los bosques tropicales de Uganda
Dicen que ya no quedan viajeros románticos, que no existen lugares por descubrir, rincones míticos a los que finalmente llegaba el aventurero y con suerte vivía para contarlo. Tombuctú fue uno de ellos; era imposible llegar, y si se llegaba, era imposible salir vivo. Otro, más ansiado aún que la mítica capital del imperio Songay, lo constituye la fuente del Nilo, el lugar exacto donde mana el primer chorro que forma el curso del río más largo del mundo (vale, vale, unos viajeros de la BBC aseguran ahora que el Amazonas es un poco más largo), el río que extrañamente fluye de sur a norte, que cruza el más temible y ancho de los desiertos, que con sus crecidas provoca inundaciones precisamente en la época seca, el río a cuyas orillas floreció una de las civilizaciones que revolucionaron la historia.
Herodoto, Ptolomeo, el jesuita español Pedro Páez, más tarde Burton, Speke, Baker, Livingstone, Stanley, forman la nómina de grandes protagonistas de gloriosas hazañas para determinar dónde demonios nacía este río, que en Jartum, la capital del conflictivo Sudán, une sus dos cursos principales: el Nilo Azul, que llega de las montañas de Etiopía, y el Nilo Blanco, que llega del sur; pero ¿desde dónde exactamente?, ¿desde qué manantial escondido en qué montaña? Como la bibliografía es abundante y además uno no es experto, iremos directamente al final, que es el principio: el Nilo nace al norte del lago Victoria (lago que es como un mar, como defiende Javier Reverte), en Jinja (leído Yinya), la segunda ciudad de Uganda, aunque nuevos viajeros han señalado el origen en el río Luvinzora, en Burundi, que desemboca en el lago Victoria; en fin, desmintamos eso de que no quedan viajeros románticos.
Uganda es un país precioso, situado en pleno trópico, repleto de paisajes espectaculares y gente amable, de pistas rojizas que atraviesan el verde, sin apenas mzungus (blancos, en suajili) y sin apenas aparecer en nuestros noticieros, por lo que el viajero que llega hasta allí puede decirse: "Si es que soy un romántico". A la salida del aeropuerto de Entebbe, a 35 kilómetros de Kampala, la capital, espera la típica turba ofreciendo taxi, y el viajero romántico comprobará extrañado que dice "no" y le dejan tranquilo, algo impensable en otros aeropuertos africanos.
Viaje en moto taxi
El trayecto hasta la capital se puede hacer en boda boda (moto taxi, en otros lugares bici taxi), aunque mejor dejar esta experiencia para la ciudad. En Uganda se conduce por la izquierda, aunque a veces nos parece que también por la derecha, incluso por más lados. La carretera hasta Kampala es un engaño, aunque menos que la que une Kampala con Jinja, 70 kilómetros al este, pues tanta concentración de asfalto en un camino difícilmente la veremos si viajamos hacia el olvidado norte, donde por estas fechas van dando resultados las conversaciones de paz entre los rebeldes del LRA (siglas inglesas del Ejército de Liberación del Señor, seguidores del iluminado Kony) y se va oliendo la paz.
Pero estamos en el fácil y seguro sur, llegando a Jinja por una carretera de asfalto (en África, esto no es un pleonasmo) que cruza el más impresionante de los bosques tropicales de Uganda, la carretera entre dos murallas verdes que nos acompañan buena parte del camino hasta Jinja, la ciudad más próspera de Uganda, llena de mansiones de estilo modernista que recuerdan a las de la época colonial en la India; no en vano, empresarios de origen indio controlan, por ejemplo, la industria de la caña de azúcar, cuyos amplios cultivos rodean peligrosamente el aún más amplio bosque tropical de marras. (En 1972, unos 70.000 indios que controlaban el comercio del país fueron expulsados bajo la dictadura de Idi Amín; con su salida de Uganda comenzó un severo declive económico del país africano).
Jinja está situada, como Kampala, a orillas del lago Victoria. En Jinja hay dos visitas de rigor. La primera es obligada para los románticos y nos lleva a la señal donde nos dice que aquí empieza el largo camino del Nilo hasta el Mediterráneo (100 días tardan las aguas en recorrer esos más de 6.000 kilómetros hacia el norte); señal rodeada de un parque que baja hasta un río grande que ya es el Nilo, donde Stanley certificó en 1875, tras navegar por el lago, que ahí se encontraba la fuente del Nilo, el lugar ansiado.
Cataratas y rápidos del Nilo
La otra visita -a muy pocos kilómetros de la anterior- es a las Bujagali Falls (fall, catarata; en Uganda nos entendemos en inglés, idioma de uso común, además de las lenguas de las tribus nativas y vecinas). Las cataratas Bujagali en realidad no son unas cataratas (para cataratas, acerquémonos al parque natural Murchinson, donde además veremos la fauna que hay en los parques de Kenia, pero sin el trasiego de turistas que hay en Kenia), son rápidos del río Nilo, rápidos muy rápidos en un río de gran caudal rodeado de exuberante vegetación, de aves que vuelan rozando las aguas; rápidos rodeados aquí de la perfecta infraestructura para la realización de deportes de aventura en un paisaje de ensueño que además cuenta con fecha de caducidad, pues se ha señalado para 2010 la construcción de una presa que acabará con todo esto.
Si en Acapulco (México) hay quien salta desde las alturas casi rozando las rocas, en Bujagali hay jóvenes que saltan al agua por unas monedas, cruzan los rápidos agarrados a un pequeño bidón de plástico, jugándose el tipo, hundiéndose interminables segundos, inverosímilmente sobreviviendo y apretando con fuerza el billete que alguien ha sido capaz de prometerles si saltaban.
El aventurero turista deportivo encontrará una sucursal del paraíso en el Nile River Explorer Campsite, un complejo totalmente preparado para recibir al viajero al que no le parece suficiente ser romántico y, además, quiere hacer rutas en bicicleta, en kayak (entre dos horas y dos días), o un rafting de 30 kilómetros para descargar adrenalina (si aún queda), con el lujo de contar después con instalaciones a medida, dormitorio común para los mochileros menos exigentes, estupendas habitaciones dobles, zona de acampada, cocina donde prepararse cada uno su comida, restaurante cutrelujoso para trotamundos o uno de los mejores restaurantes de Uganda: The Black Lintern, un buen lugar para despedirse de este país ante una cerveza local y unas costillas de cerdo inmejorables; y, como todo en The Nile Explorer, con fantásticas vistas al Nilo allá abajo, rodeado de verde y rodeándonos del rugido de sus aguas. Una sucursal (estética) del paraíso, una excusa para adentrarnos en este país olvidado, una experiencia que agradeceremos.
PABLO ARANDA (Málaga, 1968) es autor de Ucrania (Destino, 2006) y de El orden improbable (Espasa-Calpe, 2004)
GUÍA PRÁCTICA
Datos básicos
- Moneda: chelín ugandés (un euro equivale a unos 2.500 chelines). Fuera de la capital, en pocos lugares aceptan tarjetas, y aquí todavía es más popular el dólar estadounidense que el euro.
- Población: 30 millones de habitantes.
- Visado: en el aeropuerto, 40 euros.
Cómo ir
- KLM (www.klm.es; 902 22 27 47) vuela a Uganda (Entebbe), con dos escalas, ida y vuelta, a partir
de 831 euros, tasas y gastos incluidos.
- Brussels Airlines (807 22 00 03; www.brusselsairlines.es). Ida y vuelta vía Bruselas, 924,44 euros, precio final.
- British Airlines (902 11 13 33; www.britishairways.es). Ida y vuelta,
con escala en Londres, 917,36 euros.
Visitas y actividades
- Nile River Explorer (www.raftafrica.com). Alojamiento en Nile River Explorer, comidas y turismo de aventuras.
Dormir en Kampala
- Hotel Africana Kampala (0041 434 80 80; www.hotelafricana.com). 2-4, Wampewo Avenue. Los hay mejores, pero éste ofrece excelentes servicios: la doble, 64 euros.
Información y documentación
- Turismo de Uganda (www.visituganda.com).
- Ébano, de Kapuscinski (básico para cualquier lugar de África). Anagrama, 2003. 19 euros.
- Hierba alta, de José Carlos Rodríguez, sobre la guerra del norte de Uganda (contada por este autor, que ha trabajado más de veinte años allí). Mundo Negro, 2008. 14,43 euros.
- Invisibles, el documental producido por Médicos Sin Fronteras y Javier Bardem tiene un corto de Fernando León de Aranoa sobre el drama de los niños del norte de Uganda.
- El último rey de Escocia, película sobre el periodo de Idi Amín.
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