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Tresserras advierte contra el "nacionalismo esencialista"

El consejero habla de política cultural en Stanford, EE UU

El consejero de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, Joan Manuel Tresserras, ofreció ayer una conferencia sobre política cultural en la Universidad de Stanford (EE UU), donde además presidió el acto de donación a la biblioteca del centro de la colección Bernat Metge. La donación de la gran obra de referencia catalana de los clásicos griegos y latinos traducidos (361 títulos) se enmarca en una iniciativa del Institut Ramon Llull de donar, a lo largo de 2008, la Bernat Metge completa a siete de las universidades más prestigiosas del mundo.

La conferencia de Tresserras en Stanford, titulada Catalunya: polítiques culturals i nació global, tuvo un contenido marcadamente político. "Si antes han oído hablar a alguien sobre el hecho catalán y su encaje en el Estado español", dijo a la audiencia en la universidad estadounidense, "puede que hayan oído alguna de estas dos posturas. Por un lado, hay quien dice que el Estado español es un Estado uniforme, unicultural y sin hechos diferenciales. Por la otra, también hay quien desde Cataluña apuesta sólo por un nacionalismo esencialista, negando las importantes aportaciones de los nuevos catalanes. No dejan de ser caras de la misma moneda del fundamentalismo". El consejero añadió: "El proceso de construcción nacional que nosotros queremos es abierto, inclusivo, que quiere contar con todas las aportaciones, y basado en la voluntad colectiva de ser un sujeto con capacidad de decidir por sí mismo". Tresserras empezó por describir a Cataluña como "una nación de Europa que tiene como capital a Barcelona". Explicó que la "acción liquidadora" de cuatro décadas de franquismo no pudo "borrar su singularidad". Hizo hincapié en la globalización, "que pone en cuestión la jerarquía de los espacios de soberanía establecidos" y ofrece "una oportunidad para repensarnos y actualizarnos". Destacó la necesidad de disponer "de redes, de industrias, de capacidad de proyección" de la cultura catalana. Reivindicó el derecho de Cataluña "a pensar libre y democráticamente su porvenir", que no es "la reconstrucción de un mito del pasado", sino un "proyecto de futuro" con "nuestra [de Cataluña] diversidad interna" como "punto de partida". Y se refirió a la Convención de la Unesco sobre diversidad cultural a propósito de la responsabilidad de preservar de manera "modernizada, dinámica e inclusiva", la cultura y la lengua catalana "como parte del tesoro de la diversidad de la cultura humana".

Subrayó que en Cataluña "la lengua no es un factor de confrontación, sino de integración y cohesión social". En Cataluña y en la cultura catalana, dijo: "No nos sobra nadie. Todo el que quiera puede formar parte. Ser catalán es un derecho, nunca una obligación o una exigencia. Y para serlo nadie ha de renunciar a lo que es".

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