Londres congela la retirada de tropas de Irak por la situación en Basora
Las fuerzas británicas respaldan a Bagdad en la lucha contra las milicias chiíes
El ministro británico de Defensa, Des Browne, anunció ayer la congelación indefinida de la retirada de tropas de Irak debido a la situación en Basora. Las tropas británicas se han visto obligadas a acudir en auxilio de las tropas iraquíes en la ofensiva lanzada contra las milicias chiíes. La oposición conservadora ha acusado al Gobierno de manipular políticamente al Ejército por anunciar en otoño, entre rumores de inminentes elecciones anticipadas, una drástica reducción de la presencia militar en Irak.
El Gobierno de Gordon Brown anunció en octubre del año pasado que los 5.000 soldados desplegados entonces quedarían reducidos a 2.500 en esta primavera. Desde entonces se han reducido los efectivos en 1.000 soldados, pero los 4.000 que hay ahora seguirán allí hasta nueva orden. El ministro Browne pareció incluso apuntar la posibilidad de un incremento en su intervención en los Comunes para dar cuenta del cambio de política. "En la situación actual tenemos la intención de mantener nuestras fuerzas en los actuales niveles de 4.000 mientras trabajamos con nuestros socios de la coalición y con los iraquíes en la evaluación de futuros requerimientos. Confío en poder actualizar ante la Cámara a lo largo de este mes el nivel de nuestras fuerzas".
El ministro puntualizó que la decisión de congelar la retirada se baraja desde hace varias semanas, en lo que pareció un intento de restar dramatismo a la ofensiva en Basora, de la que parece que Londres ha sido puesta al corriente a última hora. Browne explicó que los británicos están apoyando a las fuerzas del Gobierno iraquí mediante ataques aéreos, vigilancia, suministro de alimentos y armas y atención médica. Pero también explicó que se ha desplegado uno de los tres batallones de infantería con tanques, vehículos acorazados y artillería "para dar apoyo in extremis a las unidades de combate iraquíes sobre el terreno" y que parte de otro batallón se ha desplegado para apoyar al reavituallamiento del cuartel general iraquí.
La congelación de la retirada es un duro revés para el Ejército, no sólo porque puede afectar a la moral de unas tropas que contaban con volver a casa de forma inminente e incrementa el riesgo de que aumente el número de bajas, sino porque la cúpula militar sostiene desde hace muchos meses que es en Afganistán, y no en Irak, donde deberían estar desplegados con fuerza a estas alturas.
Pero es también un contratiempo político para el primer ministro, que corre el riesgo de que la guerra de Irak se convierta de nuevo en un asunto políticamente delicado. Con los sondeos y la popularidad por los suelos y con amenazas de tormentas huracanadas sobre la economía, lo último que necesita en estos momentos Gordon Brown es que Irak se convierta en otro flanco abierto. Si al final se ve obligado a enviar más tropas, los tories redoblarán sus acusaciones de que la retirada fue decidida por interés político. " están dispuestos a sacrificarse, pero quieren saber la verdad", le espetó ayer el portavoz conservador de Defensa, Liam Fox.
El peor mes desde agosto de 2007
- En marzo fallecieron 923 civiles en Irak, según datos difundidos por el Gobierno de Bagdad, y 39 militares
de la coalición.
- La cifra representa una subida del 31% respecto al mes de febrero. Marzo ha sido el mes más sangriento desde agosto de 2007.
- Pese al aumento, las víctimas civiles en marzo fueron la mitad de las del mismo mes de 2007, cuando se registraron 1.861 muertos.
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