El frenazo de la construcción pasa ya factura a los ingresos del Estado
La recaudación del IVA cae un 8% por el retroceso de las 'pymes' del sector
La afluencia de dinero a la caja del Estado, que permitió en 2007 alcanzar un superávit récord, equivalente al 2,2% del PIB, empieza a ser menos caudalosa. La crisis inmobiliaria ya muestra su peor cara en la recaudación de los dos primeros meses del año, según las cifras difundidas ayer por el Ministerio de Economía. Hasta febrero, el Estado ingresó por IVA 16.924 millones de euros, un 8,2% menos que en el mismo periodo de 2007. Un recorte que el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, no dudo en relacionar con "la contracción del sector de la construcción".
La recaudación del IVA ya mostró signos de desfallecimiento el año pasado, cuando sólo creció un 2,2%. Un parón que el Gobierno achacó al alza del petróleo -el aumento de costes permitía a las empresas mayores devoluciones- y a la ligera desaceleración de la economía. Pero los datos de este año convierten el frenazo en marcha atrás. "La caída de la recaudación del IVA se concentra en las pymes de la construcción y la promoción inmobiliaria", explicó Ocaña.
La recaudación bruta del IVA en las pequeñas y medianas empresas del sector bajó un 16,6% respecto a los dos primeros meses de 2007. Un efecto que no se extiende aún a las grandes inmobiliarias y constructoras. En su caso, la recaudación bruta por IVA subió un 9% una vez excluidos los efectos de la norma que permite la gestión consolidada del impuesto de las filiales.
Los ingresos de impuestos indirectos se resintieron por el IVA y bajaron un 6,1%. Pero los impuestos directos, con el IRPF a la cabeza, salvaron la situación al crecer un 10,5%. La recaudación del IRPF rozó los 16.500 millones de euros, un 9,5% más que en los dos primeros meses de 2007. Ocaña se apoyó en el dato de las retenciones del trabajo -un 8,3% más-, para rechazar que el descenso del IVA reflejase también una caída significativa del consumo. El gasto de las familias guarda relación con la solidez del mercado laboral y las retenciones del trabajo en el IRPF son un buen indicador de su salud. Como lo es la evolución de las cotizaciones sociales, que también crecieron un 8%, según datos difundidos ayer por la Seguridad Social.
El retroceso en los impuestos indirectos tiene su reflejo ya en el superávit público, aunque Ocaña llamó a la cautela en las interpretaciones, dado el bajo nivel de gasto ejecutado y de recaudación de algunos tributos, como el impuesto de sociedades, que es habitual en este periodo. El superávit de la Administración central se quedó en 9.381 millones, un 27% menos que en 2007. Este saldo equivale al 0,8% del PIB, mientras el de la Seguridad Social (7.561 millones) supone el 0,6%. Ocaña mantuvo que el Gobierno sigue en disposición de cumplir con la previsión para 2008: un superávit global del 1,2% del PIB.
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