_
_
_
_
LA CALLE / De noche
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Violines en el bar

El Auditori de Barcelona no acaba entre sus cuatro paredes. Cruzando la calle se levanta un apéndice importante, el espacio de reunión y tertulia al que acuden músicos, estudiantes y artistas para celebrar una buena actuación, planificar nuevos proyectos o lamerse las heridas después de un mal día. Ese anexo es el bar de la Celina, un local que abrió sus puertas en noviembre porque, en palabras de su impulsora, "hacía falta un sitio así en Barcelona".

No es exactamente un bar de copas, porque la propuesta cambia dependiendo de la hora. Y a todas horas -desayuno, comida y cena- está lleno. Pero este éxito no es del todo casual. Celina aprovechó su experiencia acumulada trabajando en la cafetería del Auditori. Amén de robarle parte de la clientela. "Allí no podía trabajar como yo quería. Me gusta dar un servicio personalizado a mis clientes y a cambio ellos comparten conmigo sus preocupaciones y confidencias", explica esta argentina afincada en Barcelona.

Celina adopta una actitud maternal cuando habla de su clientela -"aquí puedo cuidarles", "el mundo de la música y del teatro está fatal, no pueden comer sólo un bocadillo"- y se refiere a su trabajo en términos casi mesiánicos -"creo en el encanto, en lo sublime de los alimentos bien presentados", "no sirvo mojitos si ese día la menta no es fresca"- y hasta ahora la fórmula funciona. Sólo hay algo que la aflige: en apenas cinco meses, la Guardia Urbana ha hecho acto de presencia cuatro veces en su negocio. Sin motivo, dice Celina, y a veces bajo pretextos espurios: "Una noche el bar estaba vacío. Sólo quedaba una persona que ensayaba acordes con la guitarra. Dos policías entraron y dijeron que estaba prohibido dar conciertos en vivo".

- Lo más: el horario del bar se adapta al del Auditori, para que músicos y espectadores puedan tomarse la última antes de irse a casa.

- Lo menos: las dimensiones del local, en hora punta es difícil encontrar mesa.

- Dirección: Bar de la Celina. Ribes, 46.

jbauza@elpais.es

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_