"El Fórum fue un fracaso porque la política de corto alcance ganó a la cultura"
Hace poco más de un año que dejó la política activa para pasar a la empresa privada, concretamente al grupo editorial RBA, del que es consejero delegado, pero era difícil que Ferran Mascarell (Sant Just Desvern, 1951) dejara de pensar en la cultura y en la ciudad, que para él siempre han significado casi lo mismo. Esta noche presenta, en presencia del alcalde Jordi Hereu, el fruto de estas reflexiones en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (19.00 horas) en forma de un libro -Barcelona y la modernidad. La ciudad como proyecto de cultura (Gedisa)- en el que repasa la historia reciente de Barcelona, reivindica el espíritu participativo y de cambio de la transición y el periodo preolímpico y se muestra muy crítico con esta última etapa que ha desembocado, indica, en desencanto ciudadano y falta de proyecto político. Mascarell asume el fracaso del Fórum, que asegura en el libro que salió "postizo, vacuo y soberbio", porque rompió las reglas del juego al dejar fuera la participación de la ciudadanía.
Pregunta. Ahora llueven las críticas. ¿El libro es una reivindicación?
Respuesta. Sí. Reivindico Barcelona y los barceloneses, que no tanto sus gobiernos, porque aquella transformación desde finales de la década de 1960 fue una voluntad compartida por mucha gente. Creo que la moda de convertir Barcelona en el chivo expiatorio de unas determinadas maneras de mirar Cataluña desde el radicalismo o de algunos nacionalismos, más el de CiU que el de ERC, ha sido un grave error.
P. Afirma en el libro que tras aquella época entusiasta ahora Barcelona no tiene relato. ¿Cómo puede reconstruirse?
R. Convenciendo a mucha gente de que la ciudad es un proyecto compartido, que es lo que pasó en el 79, y que puede transformarse, modificarse y mejorarse. No podemos conformarnos con lo que hay, no está acabada. Ahora entramos en una segunda modernidad que nos desconcierta y que tiene otros retos más globales. Hay que pensar, dialogar y pactar para ver entre todos hacia dónde queremos ir.
P. ¿Asume el fracaso del Fórum?
R. Sí, hay que intentar hacer las cosas con calidad mientras pasan, pero también hay que saber valorarlas cuando han pasado. El Fórum no fue lo que imaginamos. Era una buena idea que estuvo mal materializada.
P. ¿Por qué fracasó?
R. Fracasó porque predominó la lectura política de mirada corta frente a la lectura cultural. En cierta manera, reflejó la pérdida del principal paradigma que había funcionado hasta entonces en la ciudad, que era la participación de la gente. Hubo un cierto despotismo ilustrado. Fue una experiencia frustrante.
P. ¿No se siente responsable?
R. Si uno ha estado en un gobierno siempre es responsable de lo hecho, bueno y malo. Pero creo que ahora no es el momento de meter el dedo en el ojo, sino de reconocer las potencialidades de la ciudad presente y futura. Y para ello hay que asumir el pasado. En el terreno personal, además, diré que me siento muy cómodo con las cosas que gestioné.
P. ¿Añora la política?
R. Me interesa como persona interesada en lo colectivo. Pero no añoro la política profesional y aún menos la politiquería. Ahora necesitamos también una cierta refundación de la política que en el libro explico que pasaría, entre otras cosas, por un sistema más abierto en las listas electorales y una democratización de los partidos.
P. ¿Sigue militando en el PSC?
R. Sí, soy militante de base y lo voto.
P. ¿Hay otros libros en espera?
R. Estoy trabajando en el dietario de mis ocho meses como consejero de Cultura y en un libro sobre la cultura catalana.
P. Y, ¿cómo la ve?
R. Creo que le falta convicción, ambición y proyecto.
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