La crisis inmobiliaria merma en 1.141 millones los ingresos de la Generalitat
El modelo de financiación sólo aportó el 4% más de recursos que en 2006
La crisis inmobiliaria se ha dejado notar en las finanzas de la Generalitat de 2007, y de qué manera. El Gobierno catalán recaudó 1.141 millones de euros menos de lo presupuestado: 19.123 millones frente a los 20.264 previstos en el presupuesto. El 5,6% menos de una previsión "que ya era conservadora, dados los los datos que se tenían a principios de año", se sorprendió ayer el consejero de Economía, Antoni Castells, que presentó la liquidación de la recaudación de 2007 acompañado del secretario general del departamento, Martí Carnicer.
Los impuestos ligados al 'ladrillo' bajaron el 28% sobre lo previsto
Los ingresos de la financiación crecieron por debajo del IPC (4,2%)
La merma tiene un culpable muy claro: el parón inmobiliario, que fue especialmente intenso en el mercado de segunda mano. Así lo reflejan las dos figuras tributarias relacionadas directamente con la actividad residencial: el impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP), por un lado, que grava las transacciones de las viviendas usadas, y el de actos jurídicos documentados (AJD), que básicamente tiene en cuenta la constitución de hipotecas. Ambos dejaron una recaudación de 3.200 millones de euros, lo que representa el 28% menos (1.246 millones) de lo previsto y una mengua del 17% sobre la recaudación del ejercicio anterior.
Pese a los paños calientes y a los esfuerzos de Castells por quitar hierro al asunto -"sólo está mal la construcción residencial, que representa el 35% de todo el sector" y "[la merma de la recaudación] se está produciendo en todas las comuniades autonómas, pero en Cataluña se anticipa unos seis meses"- el efecto de la crisis inmobiliaria sobre las cuentas es "preocupante".
Eso no quiere decir que la Generalitat haya cerrado el presupuesto de 2007 con un déficit de 1.141 millones de euros. "Por suerte, las medidas de contención adoptadas en el segundo semestre de 2007, tras la vuelta de vacaciones
[Castells pidió a los consejeros que se ajustaran el cinturón en alrededor de 900 millones de euros]
permitirán que no todo se traduzca en déficit". Castells no cuantificó su magnitud, aplazó la respuesta para una próxima rueda de prensa a mediados de abril.
Los Presupuestos de la Generalitat para 2008 ya prevén un déficit de 518 millones, el 0,25% del producto interior bruto (PIB) catalán, que es el máximo que establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
Lo que sí quiso dejar muy claro el consejero es que el parón inmobiliario ha dejado las finanzas de la Generalitat casi en los huesos, lo cual aprovechó para convertir en un argumento más para reclamar un nuevo sistema de financiación autonómica.
Y es que el modelo vigente sólo aportó el 4% más de ingresos que en 2006. El incremento es inferior al crecimiento del PIB catalán nominal (que en 2007 fue del 7%) e incluso al encarecimiento de los precios (la subida del IPC fue del 4%), subrayó Martí Carnicer.
Los impuestos de transmisiones patrimoniales y de AJD representan aproximadamente el 20% de todos los recursos del sistema de financiación. "Dependemos de forma excesiva de un impuesto vinculado a unas actividades que tienen un comportamiento muy cíclico. No puede ser que creciendo por encima del 3%, los ingresos derivados del modelo de financiación sólo crezcan el 4%", clamó Castells.
El consejero se despidió con un recado para el nuevo Gobierno de Rodríguez Zapatero, con el que deberá negociar la nueva financiación, en cumplimiento con el Estatuto: "Parte del superávit que tiene el Estado es gracias a nosotros . La bonanza económica nos la deberíamos repartir entre todos, no sólo el Estado". El crecimiento medio de los ingresos del modelo de financiación en los tres años anteriores, en pleno boom inmobiliario, fue, no obstante, del 13%.
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