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Lugo proyecta el primer centro público de recría de vacuno

La granja Gayoso-Castro tendrá capacidad para 3.000 reses

La Diputación de Lugo acondicionará una granja de su titularidad que actualmente no cumple con los parámetros medioambientales de la Unión Europea. El objetivo del Gobierno provincial es que esta infraestructura, en un futuro inmediato, acoja el primer centro público de Galicia para la recría de reses bobinas destinadas a la producción de leche. Es un proyecto que estará en funcionamiento el próximo año con capacidad para unos 3.000 animales, lo que evitará que los ganaderos tengan que realizar la recría en centros de otras comunidades o en el extranjero.

La granja Gaioso-Castro, en Castro Ribeiras do Lea, dispone en la actualidad de unos 20 trabajadores que forman parte de la plantilla de la diputación, para atender a 331 reses de raza rubia, cachena y, en su mayor parte, frisonas de leche. Sin embargo, ni los propios animales se libran de la mala situación de la granja, por lo que ya se inició un proceso de selección para descartar aquéllos que no se encuentran en buen estado sanitario, pese a tratarse de reses de "buena genética"

Se da la circunstancia de que esta granja está ubicada en las inmediaciones de un hospital psiquiátrico, también de titularidad provincial, en el que igualmente se descubrieron, tras el relevo en el Gobierno provincial, importantes deficiencias, tanto estructurales como en el ciclo del agua del mismo, que provocó un caso de legionela.

Con la granja de recría, y aunque los ganaderos tendrán que pagar por su estancia (en Aragón, a donde las envían ahora, les cobran entre 70 y 89 euros por mes y res), evitarán problemas de espacio en sus establos; las reses no tendrán que convivir con animales adultos; ahorrarán en la recogida de forrajes y recibirán sus vacas ya convertidas en vacas adultas y con garantías sanitarias. Con todo, la granja no abandonará la producción láctea, pero se reducirá a unas 80 reses seleccionadas y se pretende recuperar un programa de embriones para lograr "la mejor genética".La granja provincial Gaioso-Castro, que la Diputación de Lugo posee en la localidad de Castro Ribeiras do Lea, estuvo funcionando sin cumplir los parámetros medioambientales que exige la UE. Se trata de una instalación en la que apenas se realizaron mejoras en los 10 últimos años y que funcionaba como "una granja de leche mal gestionada", tal y como reconoció el diputado del área de Agricultura y Ganadería, José María Arias.

De momento, la Diputación ya elaboró un proyecto, con un presupuesto de 500.000 euros, para separar las aguas pluviales, construir dos fosas de purín, dos fosas sépticas y, como señaló el diputado, "cumplir con los parámetros a los que está obligado cualquier ganadero y más una institución pública".

Una vez cerrado este proceso, el ente provincial abordará los trabajos necesarios para convertir la granja en un centro de recría y destinar menos recursos a la producción láctea, actividad a lo que se dedicaba actualmente esta infraestructura, que el delegado describió como "una granja de leche mal gestionada".

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Pero Arias no quiere hurgar en el pasado y prefiere pensar "sólo en la gran aportación que se va a realizar a los ganaderos de esta provincia". Hoy, de las 4.500 novillas que se recrían en un centro privado de Aragón, 2.300 proceden de Galicia.

La granja, construida en 1942 como un centro experimental, dispone de 260 hectáreas útiles, lo que, a priori, sería insuficiente para albergar la cantidad de reses que se pretende, ya que los parámetros de la UE no permiten más de dos vacas por hectárea; sin embargo, Arias argumenta que al tratarse de ganado de recría, y por consiguiente con diferentes edades, el porcentaje variará. Aún así, explicó que la diputación posee terreno suficiente en otros puntos de la provincia para esta la carga ganadera.

El proyecto de readaptación está cuantificado en unos 4 millones de euros, lo que permitirá, una vez concluido, que los ganaderos puedan trasladar al centro sus reses para la recría. Allí permanecerán entre 20 y 23 meses hasta retornar, ya preñadas y con una gestación mínima de 7 meses, a sus propietarios.

Pero la granja también pretende impulsar la investigación, en colaboración con Veterinaria y la Escuela Politécnica, y se trabajará en la formación de "equipos de sustitución", de los que saldrá gente que facilitará descansos puntuales o prolongados a los titulares de explotaciones.

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