Energía con la poda del olivar

Hay quien dice que va a ser una auténtica revolución en el campo andaluz. Algunos hábitos asociados al cultivo del olivar durante toda su historia, como es la quema de restos de la poda, van a desaparecer si, como se espera, llega a buen puerto el plan experimental que han puesto en marcha cinco empresas en la provincia de Jaén para comercializar las ramas inservibles en las fincas olivareras para su transformación en biomasa y en energía.

El valor del aprovechamiento energético se estima en 2.000 millones

Al año se generan dos millones de toneladas de residuos del olivar

La iniciativa, promovida por la Diputación de Jaén, la Unión de Pequeños Agricultores y la Agencia Andaluza de la Energía, trata de aprovechar todo el potencial energético que tienen las casi dos millones de toneladas de residuos del olivar que se generan cada año. "Pasamos de destruir y no sacar beneficio por la poda del olivar a una actividad económica que no se queda sólo en el campo y en los agricultores, que sacarán un valor añadido por esa biomasa, sino que también permitirá que se ponga en marcha una industria de maquinaria muy importante, un entramado económico y empresarial que hará que el primer bosque domesticado del mundo que es el olivar tenga una política medioambiental más clara y beneficiosa", apunta Agustín Rodríguez, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

El objetivo del proyecto es configurar un modelo de gestión para rentabilizar la biomasa del olivar para su posterior transformación física (pelets), química (combustión y gasificación) y bioquímica (metanización). La primera fase de este proyecto ha consistido en la demostración de una docena de máquinas en los propios tajos. Para ello, se han cerrado acuerdos con cinco empresas de servicios, así como con Valoriza Energía, filial del grupo Sacyr Vallehermoso, que recibe la biomasa en su planta de Córdoba. Ahora mismo hay fijado un precio medio de 30 euros por tonelada, pero la rentabilidad de estas empresas vendrá de la diversificación de la oferta. No obstante, la mayor ventaja para los olivareros será la notable reducción de costes laborales (en torno al 50%) por cuanto las empresas de servicios se encargarán de retirar en sus explotaciones los restos de la poda del olivar.

La Agencia Andaluza de la Energía estima que el potencial energético de la poda del olivar representa el 16% de la biomasa aprovechable en Andalucía, que equivaldría al 60% del consumo total de energía de Jaén. Además, con los 2.500 kilos de residuos de poda del olivar por hectárea, se podrían producir 1.770 millones de litros de etanol al año, un 15% del consumo total anual de gasolina en España, con un posible valor de mercado de unos 2.000 millones de euros.

No obstante, para que a los olivareros les salgan las cuentas es preciso que se ponga en marcha la planta de tratamiento que gestionará Azucareras Reunidas en Linares (la planta más cercana está ahora en Puente Genil, en Córdoba). Agustín Rodríguez destaca, además, que ya existe una orden de incentivos a la que pueden acogerse los agricultores (93 euros por cada megavatio/hora fabricado), lo que implica que ya se pueda establecer un precio por la biomasa producida. La intención de la UPA es que las 330 almazaras y cooperativas de Jaén vean que la energía puede ser también una buena oportunidad de negocio para ellas, instalando pequeñas centrales que puedan generar uno, dos o cinco megavatios, un equipamiento que no requiere de grandes inversiones y para los que existen ayudas.