Miedo al contagio
No hay hipotecas basura en España, pero la gran banca ha perdido en Bolsa una cuarta parte de su valor desde agosto
En la banca española no hay subprime. Las ya famosas hipotecas basura de EE UU tampoco han llegado a través de ingeniería financiera -con palabras imposibles como conduits o SIVs: vehículos de inversión que han propagado la crisis por todo el mundo-, tal y como el Banco de España se ha encargado de repetir en los últimos meses. Aun así, desde el 9 de agosto de 2007, el día en el que la crisis subprime se contagió al sistema financiero mundial, los seis bancos españoles del Ibex han perdido una quinta parte de su valor en Bolsa. En poco más de ocho meses se han esfumado 36.744 millones entre Santander, BBVA, Popular, Sabadell, Bankinter y Banesto. Pese al récord de beneficios de 2007 en España, la crisis no hace distingos: todo el sector está bajo sospecha.
Los bancos pueden sufrir por la falta de liquidez y el frenazo inmobiliario
La banca española mantiene una gran fortaleza financiera gracias a "su holgada situación de liquidez, sus altos niveles de rentabilidad, un confortable ratio de solvencia y los altos niveles de cobertura de los créditos dudosos", según una nota reciente del Banco de España. Aun así, el castigo en Bolsa ha sido sensacional. Los principales problemas son los siguientes.
- Desconfianza y liquidez. Ni los propios bancos se fían de sí mismos: el mercado interbancario, que los bancos utilizan para obtener la liquidez que necesitan, está seco desde hace meses y ha obligado a los bancos centrales a inyectar grandes sumas de dinero para lubricar el sistema. Con escaso éxito, por el momento. El efecto contagio puede llegar por esta vía. "Una entidad solvente puede ser vulnerable si no consigue liquidez. Es lo que ocurrió con el Northern Rock británico. Pero para eso los bancos centrales están actuando con celeridad", explica Carmen Hernán Sanz, del BBVA.
- Morosidad. En un entorno internacional muy negativo, España se enfrenta a una desaceleración económica tras más de una década de fuerte crecimiento. "La morosidad aumenta por la propia evolución de la economía, pero partía de mínimos históricos y es muy difícil que supere umbrales poco manejables. Además, a diferencia de lo que ocurre en EE UU, sería muy extraño que los españoles dejaran de pagar su hipoteca", según un portavoz de la patronal AEB.
- Pinchazo inmobiliario. Tal vez el mayor temor en los mercados internacionales es la relación de la banca española con el sector inmobiliario, en pleno pinchazo. Con algunas promotoras con problemas, se están viendo ya procesos de reestructuración del elevado endeudamiento, como en los casos de Habitat o Martinsa-Fadesa. "A la banca le interesa que el aterrizaje sea suave. En todo caso, puede haber problemas puntuales, pero no un riesgo generalizado", a juicio de Jordi Gual, de La Caixa.
- Comparaciones. Los expertos repudian cualquier comparación entre los bancos anglosajones y los españoles. El modelo de banca es completamente distinto. "Aquí la banca ha controlado los riesgos porque prácticamente todo el crédito estaba dentro de balance. En EE UU no había esos incentivos: los intermediarios financieros daban hipotecas a cualquiera porque después colocaban los riesgos en productos financieros sofisticados, gracias al mar de liquidez en el que ha nadado el sector financiero en los últimos años", según fuentes de la banca.
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