Un arranque "flojo" en la Costa Brava

Girona confía en las reservas de última hora para poder, al menos, repetir los resultados de la pasada Semana Santa. Pero lo cierto es que el sector reconoce que el arranque de la temporada está resultando "flojo". Creen que el calendario les ha perjudicado -al caer la festividad en marzo- y que la estancia de los visitantes que se animen será corta, cada vez menos. También temen que el pinchazo se note en restaurantes y cafeterías.

Los hoteleros de la Costa Brava achacan el bajo ritmo de reservas a la preferencia por los destinos de montaña. Pero en la Cerdanya y en el Ripollès tampoco lo dan todo por hecho. "Estamos sobre un 75% de previsiones de ocupación y a la espera de que aumente, pero la crisis se nota y además el viento se ha llevado mucha nieve. Si esto sigue así, quizá el año que viene no habrá temporada", explica Joan Llaberia, de la asociación de hoteles y cámpings de la Cerdanya. Más optimistas se muestran en el Ripollès, donde los establecimientos cercanos a la estación de esquí Vallter 2000 superan el 90% de ocupación.

La asociación hotelera Costa Brava Centro se muestra confiada en las reservas de última hora y cifra en torno al 60% de promedio la ocupación para esta Semana Santa. "Habrá trabajo para todos, pero sin masificaciones", opina su responsable, Martí Sabrià, quien cree que el sector que se verá más afectado por la crisis que afecta a los bolsillos será el de la restauración. "En vez de gambas, la gente se irá al bocadillo o a la pizza", prevé.

Más hacia el sur, en Lloret de Mar y Blanes, en el gremio reina la impresión de que se enfrentan a una temporada "más floja" que el año pasado. "Hay pocos hoteles abiertos y sólo llenarán los que acojan excursiones y viajes de estudios", comenta Enric Portas, presidente de los hoteleros de Blanes. También cree que los clientes "se estarán como mucho dos días", ya que esta zona atrae a un turismo "de bajo precio, más tocado por las hipotecas y los créditos". En Lloret confían en llenar gracias a los autocares del Inserso y a grupos de estudiantes portugueses, un clásico en la localidad, pero que deja poco dinero.

En Girona capital, el gremio hotelero confía en repetir los resultados del año pasado, con un 75% u 85% de ocupación. Algunas agencias de viaje consultadas hablan de "tendencia a la baja" en la contratación de vacaciones para estas fechas y señalan las ciudades europeas (París, Roma, Viena...) como los destinos más solicitados por los gerundenses.