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CÁMARA OCULTA
Columna
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Un desconocido llamado Emilio

Huyó con su madre a México en 1944. Era entonces un joven comunista de 13 años convencido de que Franco acabaría derrocado por una revolución popular, y de que su paso por México sería transitorio. Se equivocó como tantos otros exiliados, y en México residió hasta su muerte, hace ahora cinco años. Emilio García Riera se adaptó a la vida cultural de su nuevo país, y en él se formó. Pasados 40 años narró las peripecias de su vida en un bello ensayo no exento de humor, El cine es mejor que la vida, inédito en España.

El cine fue su gran pasión. Halló en la crítica un medio de expresión personal, y revolucionó el mundillo cultural con escritos que traspasaban las fronteras del cine para abarcar otros campos del pensamiento y el arte. Aunque sopesó dirigir películas no cayó en la tentación. "Ya hay demasiados chapuceros metidos a realizadores", decía. Al cine mexicano dedicó la mejor historia que jamás se haya escrito sobre una cinematografía, 20 tomos de consulta obligatoria si quiere entenderse algo de las pantallas aztecas película a película desde su mítica edad de oro hasta sus horas más bajas. Emilio iba hasta la raíz de todas ellas, descubriéndoles lo bueno y riéndose de pedantes e ídolos falsos.

Tin Tan

Viene a cuento el recuerdo de este intelectual cinéfilo ya que en el festival mexicano de Guadalajara se ha publicado ahora uno de sus muchos textos inéditos. García Riera dedicó los últimos años de su vida a analizar la trayectoria profesional de actores y actrices de fama... que a él le gustaran. El de este libro es el cómico Tin Tan, un caricato alocado que a diferencia de Cantinflas u otros cómicos huyó "del sentimentalismo, el mensaje edificante y la lágrima piadosa", para optar por "una noble, limpia y total disposición al placer". De Tin Tan se vieron en España bastantes películas en los años cincuenta que tuvieron éxito aunque no suficiente. En México, sin embargo, sigue siendo un héroe popular. Allí es fácil encontrar en DVD sus nada menos que 99 películas. No todas, claro, son igualmente inteligentes.

La presentación del libro sobre Tin Tan se ha convertido, como un bumerán, en un nuevo homenaje a Emilio García Riera, tipo lúcido que amaba las grandes películas sin hacer ascos del cine popular, al que en México se considera un genio nacional. Lástima que en España no sepamos de él.

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